La noticia sacudió el tablero tecnológico global y sus ondas de choque llegan hasta las estrategias de marketing en Argentina. TikTok, la plataforma que redefinió el consumo de contenido efímero, cambia de manos en su mercado más grande y se convierte, por decreto, en una empresa de bandera estadounidense.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó la orden ejecutiva que obliga a la empresa china ByteDance a ceder el control mayoritario de las operaciones de TikTok en ese país. La nueva empresa, que se llamará TikTok U.S., tendrá una valoración de 14.000 millones de dólares y estará controlada por un consorcio de inversores norteamericanos. ByteDance conservará menos del 20% de las acciones y solo un asiento en un directorio de siete miembros, sin acceso a comités de seguridad. El gigante tecnológico Oracle, junto a otros nombres de peso como Silver Lake, Rupert Murdoch y Michael Dell, asumirá no solo la propiedad, sino también el control del algoritmo, el sistema de recomendaciones y la moderación de contenido para los 170 millones de usuarios estadounidenses.

Este movimiento no es una sorpresa, sino el capítulo final de una larga saga de tensiones geopolíticas y comerciales entre Washington y Beijing. Todo comenzó en abril de 2024, cuando la administración de Joe Biden promulgó una ley que, en criollo, le dio a ByteDance un ultimátum: o vendía sus operaciones en Estados Unidos a una empresa local o enfrentaba una prohibición total. La razón esgrimida siempre fue la misma: la seguridad nacional y el temor a que los datos de los ciudadanos estadounidenses pudieran ser accesibles para el gobierno chino. Trump, al asumir nuevamente la presidencia, prorrogó varias veces el plazo, consciente del impacto que una prohibición tendría en una plataforma con una penetración masiva, especialmente entre los más jóvenes. "Hablé con el presidente Xi... me dijo que siguiera adelante", declaró Trump, buscando proyectar una imagen de acuerdo y cooperación en una jugada que, en el fondo, es una demostración de fuerza.
¿Qué implica esto en la práctica para los negocios?
El cambio de manos de TikTok en Estados Unidos es mucho más que una simple transacción financiera; es una reconfiguración de las reglas de juego en una de las vidrieras digitales más codiciadas del mundo. Para las empresas que utilizan la plataforma como un pilar de su estrategia de marketing, esta "americanización" trae consigo tanto interrogantes como oportunidades. Lo concreto es que la gestión de los datos y el funcionamiento del algoritmo, el corazón de TikTok, ahora responderán a lógicas y regulaciones locales.
Una de las promesas del acuerdo es que todos los datos de los usuarios estadounidenses se almacenarán en infraestructura controlada por Estados Unidos. Oracle, en su nuevo rol de "proveedor de seguridad de confianza", supervisará de forma independiente la protección de esta información. ¿Qué puede hacer una pyme ante esto? Una pyme puede interpretar este cambio como una señal de mayor estabilidad y previsibilidad. La amenaza constante de una prohibición generaba una incertidumbre que dificultaba la planificación de campañas a largo plazo. Ahora, con un marco regulatorio más claro y un control local, las empresas pueden sentirse más seguras al invertir tiempo y recursos en construir su presencia en la plataforma. Por ejemplo, una marca de indumentaria argentina que exporta a Estados Unidos o que busca posicionarse entre audiencias de ese país, ahora puede tener una mayor certeza de que su canal de comunicación no desaparecerá de la noche a la mañana.
El otro punto clave es el algoritmo. El decreto establece que los modelos de recomendación se reentrenarán con datos locales para evitar la "manipulación externa". Esto podría significar un cambio sutil pero significativo en el tipo de contenido que se viraliza. Empresas como Mercado Libre o Globant, que compiten en el escenario global, entienden perfectamente que el éxito en el marketing digital depende de la capacidad de adaptarse a los matices de cada mercado. Un algoritmo con un "sabor" más local podría favorecer a creadores de contenido y tendencias que resuenen de manera más directa con la cultura estadounidense. Para las marcas, esto significa que tendrán que estar aún más atentas a las tendencias locales y, posiblemente, ajustar sus estrategias de contenido para alinearse con los nuevos patrones que emerjan. Será fundamental monitorear el rendimiento de las campañas y estar listos para pivotar rápidamente.
Este caso también nos deja una lección sobre el poder de la geopolítica en el mundo de los negocios digitales. La disputa por TikTok es un reflejo de una batalla más grande por el control de los datos, la tecnología y la influencia cultural. No es menor el dato de que un estudio reciente identificó que el algoritmo de TikTok favoreció contenido de sesgo republicano durante las elecciones de 2024, una muestra del peso electoral que tienen estas plataformas. Para cualquier empresa con proyección internacional, este episodio subraya la importancia de entender el contexto político y regulatorio de los mercados en los que opera. Así como Coca-Cola adapta sus sabores y estrategias de marketing a cada país, las empresas digitales deben aprender a navegar un entorno donde las fronteras políticas son cada vez más relevantes en el ciberespacio.
En definitiva, la "nacionalización" de TikTok en Estados Unidos abre un nuevo capítulo. Para las empresas, el desafío será entender y adaptarse a estas nuevas reglas de juego, aprovechando la mayor estabilidad para consolidar su presencia en una de las plataformas más influyentes de nuestra era.

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