Trabajo no remunerado del hogar y brecha salarial: los puntos clave de la desigualdad

La Usina de Datos de la UNR elaboró un informe que da cuentas que a pesar de los avances logrados en los últimos años, la brecha de género sigue existiendo en muchos aspectos de la vida de las mujeres

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La desigualdad de género es una realidad en la Argentina de la que la ciudad de Rosario no es una excepción. A pesar de los avances logrados en los últimos años, la brecha de género sigue existiendo en muchos aspectos de la vida de las mujeres rosarinas.

Un informe elaborado por la Usina de Datos de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), hecho en el marco del 8 de marzo, muestra que el trabajo no remunerado para el propio hogar sigue siendo mayoritariamente ejecutado por mujeres. 

Esta desigualdad repercute en peores formas de inserción socio-ocupacional, mayor carga horaria de trabajo total y menor tiempo disponible para actividades personales como el autocuidado, la socialización y el entretenimiento, entre otras.

No obstante, al analizar el porcentaje de personas que realizan tareas domésticas y de cuidados entre el último trimestre de 2019 y el mismo periodo de 2022, se reveló que en 2019 era un 76% la proporción de mujeres que se encargaba de esas cuestiones en el hogar y un 24% de varones, una relación que para el final del año pasado había variado a un 70% de mujeres y había alcanzado a un 30% de varones.

Del análisis se desprende además, que la participación laboral de las mujeres en el Gran Rosario es menor que la de los hombres, con una tasa de actividad femenina del 53,7% en comparación con el 71,4% de los varones. En tanto, la brecha salarial -si bien los datos muestran avances en los últimos años- entre hombres y mujeres en el Gran Rosario es significativa debido a que las mujeres ganan en promedio un 26 % menos que los varones. 

La publicación se nutrió de diferentes indicadores socioeconómicos, donde se incluyen por primera vez datos de la Encuesta de Hogares Rosario UNR realizada en 2021, así como información de la Encuesta Permanente de Hogares del Indec y de Ansés.

La desigualdad de género también se refleja en la forma de circular por el espacio público. Como ejemplo, las mujeres rosarinas circulan mayormente en colectivo mientras que el medio de transporte más usado por los varones es el automóvil particular. Además, los desplazamientos de las mujeres están condicionados por las tareas de cuidados. 

En cuanto a la educación, las mujeres rosarinas tienen mayor nivel educativo formal que los varones y mayor participación en el sistema de ciencia e investigación de la UNR. Esta mayor cantidad de años de educación formal de las mujeres y avance en actividades de ciencia e investigación abre interrogantes sobre un fenómeno que en la historia reciente era exactamente opuesto.

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