Vanesa Rocca es contadora pública y gerente general de la unidad de negocios San Cristóbal Seguros, la mutual argentina que es parte del Grupo San Cristóbal. El Grupo trabaja en las áreas de seguros, finanzas y servicios, tiene un total de 1.865 empleados y su sede principal está en el centro de la ciudad de Rosario, donde la ejecutiva cumple sus funciones.
Vanesa forma parte de la organización hace más de 20 años y hoy tiene una oficina amplia y moderna -en composé con el entorno del edificio- en el primer piso de la empresa, ubicada en calle Italia y San Lorenzo. La sede es un lugar emblemático en la ciudad, donde suele haber reconocidas muestras artísticas en la vidriera de exposición. Allí, Vanesa, se desenvuelve en un alto cargo ejecutivo hace dos años y medio.
La única experiencia en seguros que había tenido Vanesa antes de entrar al Grupo San Cristóbal fue el estudio de un ejercicio del examen de Impuestos I, donde hacían foco en los seguros de retiro, para la carrera de Contador Público en la Universidad Nacional de Rosario.
“Todo lo que aprendí lo hice adentro de esta organización”, comenta al inicio de la charla. Y es que hace más de veinte años que es parte de la compañía: desde que ingresó como pasante en 1998, hasta su puesto actual como gerente general de seguros del grupo.
Un puesto atípico para una mujer, no sólo por el cargo directivo sino porque la unidad de negocios del grupo con mayor facturación. Un lugar de poder.
Vanesa Rocca tuvo varios roles y funciones en la compañía, pero el primer trabajo que le asignaron fue tan simple como el tipeo de un contrato de seguros de retiro. “Fue hace como un siglo”, bromea. Es que antes se trabajaba con formularios pre impresos y había que hacer un trabajo manual para poder convertirlos en un archivo de Word.
La ejecutiva hace hincapié en el hecho de que siempre fue una persona proactiva, curiosa e inquieta. “Cuando terminaba un trabajo le pedía a mi jefa que me diera otras cosas para hacer”, explicó. Esto la llevó de realizar trabajos básicos a hacerse cargo de propuestas más creativas: su historia en la empresa refleja también un proceso de innovación que fue viviendo el grupo hasta convertirse en un referente rosarino de organización moderna y de transformación digital.
Como pasante hacía firmar cheques a los gerentes y armaba sobres de correspondencia para la comunicación con sucursales -que en aquel entonces era manual-. Al año la empresa la contrató formalmente y comenzó su experiencia en el trabajo de inversiones en seguros de retiro. Luego, se dispuso a hacer análisis sobre el impacto de algunos impuestos en el negocio para cada jurisdicción. “Me empezaron a dar estos trabajos porque yo los demandaba”, comenta.
Al ir tomando responsabilidades, Vanesa cuenta que siempre fue muy estudiosa -tuvo que avanzar en temáticas que no había aprendido en la facultad- y realizó un trabajo puntilloso. Pero resalta la sinceridad en el hecho de que aprender a pedir ayuda y preguntar cuando hay algo que no se entiende es muy importante. Este factor la empujó a crecer, no sólo en términos de formación, sino también por generar un movimiento al interior de la organización y conocer a otros profesionales de la empresa. Así es que llegó a presentar su primer informe de rentas vitalicias al directorio y desde entonces siguió escalando dentro de la compañía.
Entonces ¿te considerás una persona proactiva?
Soy muy curiosa, para bien o para mal. Me gusta que me expliquen el por qué. Siempre digo que me enamoré de los valores de esta organización, eso hizo que pueda sentirme cómoda, como si estuviera en mi casa. Me llevó a disfrutar el tiempo acá adentro y buscar cosas nuevas para aprender. Algo que tuvo esta organización fue generosidad, personas generosas que me permitieron crecer y aprender.
Cuando yo pedí explicaciones, no me respondieron que ese no era mi trabajo. Si hubiera pasado eso hoy probablemente no estaría acá, porque me hubieran frenado en el camino, me hubiera sentido incómoda.
¿Cuál es tu función actual?
Hace más de dos años que dirijo la compañía de seguros, dentro del grupo asegurador y financiero que tiene distintas compañías. Dentro del grupo económico, seguros es la compañía que tiene la facturación más importante.
Como mujer ¿sentiste algún diferencial al ocupar un cargo ejecutivo relevante?
Si bien el negocio de seguros es una industria más conservadora, esto de las oportunidades que tuve, de estar en contacto con personas que me habilitaron, tiene que ver con que no tuvieron una mirada restrictiva por el hecho de que sea mujer. No hubo nadie que me haya frenado y siempre sentí que era una más, tanto en lo positivo como en lo negativo. Siempre me midieron por mi manera de cumplir con los objetivos organizacionales.
Pero sí creo que a la hora de gestionar hay diferencias. Estilos distintos entre los hombres y las mujeres, que hacen que hoy a nivel laboral haya un mix mucho más interesante que cuando yo ingresé hace 20 años atrás. Tiene que ver con la participación de las mujeres en la vida laboral.
Hace 20 años en la industria del seguro había muy pocas mujeres profesionales y muchas secretarias: ese era el rol natural que nos asignaban. Cuando ingresé eran 5 profesionales mujeres dentro de la organización y hoy es natural que haya muchas profesionales. Se buscan determinadas capacidades a la hora de incorporar una persona, sin distinguir por género. Creo que están dadas las condiciones a nivel de mercado para que sea así y que San Cristóbal fue desarrollando una mirada amplia y pionera.
¿Cuál sería esa diferencia de estilo entre hombre y mujeres al momento de tomar decisiones y gestionar?
Creo que las mujeres tenemos tendencia hacia la colaboración, el trabajo en equipo y un liderazgo participativo. Tiene que ver con características propias de las mujeres de entender que en distintos roles podés aportar valor, sin necesidad de tener un sobre-protagonismo. Podemos coordinar y adaptarnos mucho más que los varones. Quizás por nuestro rol de madres, que nos asignaron trabajar al mismo tiempo en que se lleva adelante un hogar, que podemos ser más flexibles y trabajar en equipo.
¿Sentís que en algún momento diste un salto de relevancia en tu carrera profesional?
Fueron varios momentos donde mi curva de crecimiento fue “más exponencial y no lineal”. Cuando cambias de rol acelerás el proceso, después te normalizás y más tarde sentís nuevamente necesidad de un nuevo quiebre. Cada uno de esos momentos fue un desafío y eso fue lo que me motivó: empezar de nuevo en varias oportunidades. Los desafíos fueron participar del directorio, mi primer sub gerencia, pasar de una compañía chica a una grande, abierta a nivel nacional y descentralizada (¡de 7 personas a cargo a tener 200!) y cambiar mi mirada técnica o acotada de negocios por una general, de punta a punta.
¿Dejás algún legado o impronta propia en tu paso por la gerencia?
Hoy que tengo una posición de mucha visibilidad a nivel de toda la compañía, creo que mi paso demuestra que “sí se puede”. Que es cuestión de tener un propósito porque la primera limitante es uno mismo. Hay que soñar y dar para que las cosas lleguen. Hay que ir por más y crecer.
Cuando empecé no sabía nada de seguros, aprendí y crecí acá porque siembre di sin esperar nada, sino por estar convencida de que tenía capacidad para superarme y agregar más valor en la gestión. Habiendo empezado desde cero y alcanzado con el tiempo una posición de liderazgo tiene que ser un legado para el grupo: mostrar que se puede si se trabaja en consecuencia.
¿Te parece que puede funcionar para otras mujeres que estén emprendiendo o en carrera?
Definitivamente. Hay que tener claro lo que queremos. Después trabajar para eso, enfocarse y dejar lo mejor para que las cosas lleguen. En mi mirada no hay mucha más magia que esa.
¿Qué lectura haces sobre el vínculo entre el rol de los empresarios y la sociedad?
Cada líder en distintas industrias tenemos responsabilidades respecto de la calidad de los servicios que brindamos a la sociedad y lo que le devolvemos. Creo que debemos hacer foco en las acciones de responsabilidad social empresaria, que se brindan a la comunidad, sin perder de vista al cliente.
Tenemos que mejorar la calidad de servicios para mejorar la sociedad toda. Abrir espacios de trabajo acordes, seguros y motivadores -más en localidades como la nuestra, donde tenemos empresas grandes- y hacer crecer a nuestros colaboradores. Esos son los ejes para mí: RSE, clientes y colaboradores.
¿Te parece que el país da oportunidades para ser exitoso?
Sí, con seguridad. Pero hay mucho por hacer. Se puede crecer, hay que proponérselo. Quizás se puede crecer más que en otros países porque hay mucho por desarrollar.
¿Qué perspectivas ves a futuro?
En general, creo que hay que poner foco en la educación, sin dudas. Va a ser la palanca que nos puede hacer cambiar. Hablo del conocimiento, no sólo de educación formal. Nos vamos a distinguir y despegar si ponemos foco en el desarrollo intelectual de nuestra población.
A nivel de industria hay que seguir innovando, ser más ágiles, responder de mejor manera a las necesidades actuales y a las que van a venir, porque van siempre mutando. El desafío como industria es adaptarnos a esas nuevas necesidades que quizás hoy ni nos imaginamos.

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