Verano en la isla: ¿qué propuestas ofrecen los paradores y cuánto sale cruzar en lancha?

Los titulares de taxis lancha ya iniciaron los cruces desde zona norte y con una nueva suba en el boleto. Los protocolos para esta temporada y las novedades sobre la Estación Fluvial

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Desde el pasado fin de semana largo los titulares de taxis lancha retomaron los cruces a la isla desde zona norte y con un nuevo aumento en el precio del boleto. Por la bajante del Río Paraná, las salidas se están realizando desde un muelle alternativo ubicado en la rotonda Escauriza y construido por los mismos operadores, el cual ya cuenta con el visto bueno de parte de la Municipalidad de Rosario y Prefectura.

Por ahora, los paradores que se encuentran frente a La Florida funcionan con normalidad, aunque hay problemas para acceder a algunos en la zona conocida como el Paraná Viejo. Si bien esta situación no opaca las buenas perspectivas que se mantienen en el sector náutico frente a un escenario de mayor relajamiento, algunos protocolos puestos en marcha el año pasado seguirán vigentes con el fin de garantizar la seguridad de los pasajeros.

Además, el cierre momentáneo de la Estación Fluvial por obras dentro del complejo suma un interrogante: ¿qué pasará este verano con los cruces al Banquito de San Andrés que se realizaban desde el predio?

Precios y opciones

Esta temporada cruzar a los paradores frente a La Florida tendrá un costo de $500 por persona e incluirá tanto el viaje de ida como el de vuelta (menores de cinco años no pagan). Según los trabajadores de taxis lanchas, se trata de un incremento que no equipara al nivel de inflación registrado desde la temporada pasada y que se realizó de esta forma para no causar un impacto tan fuerte al bolsillo de los clientes.

Sin embargo, los costos pueden variar dependiendo el lugar al que se quiera ir. Por ejemplo, el viaje al parador Varsovia cuesta $600, mientras que el precio para cruzar a los paradores ubicados en "El Paraná Viejo", es de $800. Vale destacar que para esta última zona, los taxis lanchas pueden acceder hasta un poco antes del parador El Pimpollal así que los pasajeros que se dirijan al mismo u a otros más alejados como Los Benitos deben bajarse y hacer un trayecto a pie.

Aunque desde el sector no está pensado un nuevo aumento para lo que resta de la temporada, la palabra no es definitiva. "Más allá de la inflación, crecen mucho los costos de productividad en la isla dado que muchos insumos que se usan como los repuestos, los aceites, el combustible y la bebida, están dolarizados", señaló Mauro, quien trabaja en la zona y a su vez maneja un Instagram donde publica todas las novedades de la isla.


 

 

Por lo pronto, los cruces al Paraná Viejo se realizan desde el muelle ubicado en Costa Alta, sobre la Avenida Eudoro Carrasco llegando casi al final de La Florida. En caso de que el destino sean los paradores de enfrente, los viajes salen desde un nuevo muelle ubicado en la rotonda Escauriza, en el acceso al estacionamiento norte de La Florida. El mismo fue construido por los operadores de lanchas  frente a la imposibilidad de salir desde el antiguo muelle de Ricardo Nuñez y el Río Paraná.

"Por la bajante no podemos llegar a este otro muelle, entonces nos pusimos en campaña para montar una nueva estructura en la rotonda. Finalmente conseguimos una habilitación provisoria por noventa días para operar desde este lugar, la cual nos fue otorgada por la Municipalidad luego de varias idas y vueltas", señaló Sebastián, titular del servicio Lancha Taxi Rosario.

El muelle actual posee cuatro pasarelas de un largo de seis metros cada una, una estructura menor si se la compara con la de Ricardo Nuñez, que cuenta con pasarelas de 18 metros. Según Raúl Bertiche, de la empresa de lanchas El Sapito, el objetivo a futuro es lograr la habilitación permanente de ambos espacios ya que tener dos lugares, en palabras suyas, les permitiría trabajar "con más comodidad y garantizar una mayor distancia entre los pasajeros".

"Por ahora tenemos esta habilitación provisoria. Desde la Municipalidad nos adelantaron que van a hacer las reformas necesarias para que podamos volver al otro muelle pero ya nos estamos organizando para tratar de conseguir que queden habilitados los dos y evitar el amontonamiento de gente y de embarcaciones", sostuvo Bertiche.

Protocolos y propuestas 

Ante la baja de casos de Covid-19, los protocolos comenzaron a relajarse en distintos ámbitos y la isla no es una excepción. Según los lancheros, se trabaja con normalidad en lo que refiere a los cupos de pasajeros, entre diez y doce lugares por navío, lo que también permite agilizar los viajes a los distintos paradores.

Es que el año pasado por la pandemia, se decretó que para mantener un correcto distanciamiento los taxis lanchas debían llevar menos personas de lo que permitía su capacidad, enlenteciendo los cruces y generando grandes amontonamientos de personas que esperaban al rayo del sol para cruzar.

Rosarinos y rosarinas esperan cruzar el río la temporada pasada.

 

A su vez, la Secretaría de Control y Convivencia había decretado la política de alcohol cero a la hora de cruzar a la isla. Esto generó el rechazo de muchas personas acostumbradas a viajar con heladeritas a los paradores y, según sostuvieron los lancheros, terminó por afectar el negocio ya que algunos grupos preferían no cruzar para no dejar las botellas.

“A la Secretaría se le ocurrió que como no se podía tomar alcohol en las playas de la rambla tampoco se tenía que dejar cruzar a la gente con bebidas. Parece que esta temporada no va a estar la prohibición”, señaló Sebastián y agregó que si bien en su momento se decía que era para favorecer el consumo en los paradores hay muchos que no cuentan con bar, por lo que la gente depende de los productos que se lleva para pasar el día.

También aclararon que hay otras medidas de cuidado que sí se intentan respetar como el distanciamiento entre grupo de personas a la hora de esperar las lanchas y el uso de barbijo durante los viajes. “La idea es seguir cuidándonos incluso en la isla. Por eso ahora con la bajante los paradores tienen mucho más terreno de playa y eso permite que haya más espacio entre los grupos”, señaló Mauro.

En cuanto a las propuestas, al igual que otros años, las personas pueden decidir ir a pasar  el día o quedarse a acampar, aunque esto último está permitido sólo en algunos paradores. En este sentido, Mauro explicó que los habilitados para camping permiten el ingreso con bebidas alcohólicas. Para pasar la tarde estos cobran una entrada de entre $200 y $300 por persona, mientras que el precio por acampar va de los $800 a los $1000. En este grupo están los paradores como: Isla Verde, Los Pagos y Club del Río.

Foto: @laisla.rosario.
 

 

Por otro lado, figuran aquellos con formato bar, en los cuales no se puede acampar ni ingresar con heladeritas ya que la idea es que las personas consuman en el lugar. En contrapartida, estos no cobran entrada por la estadía. Este grupo lo conforman paradores como: La Pulpería del Kayakista, La Casita de Enfrente, Windcook y Rancho Aparte.

“Hay poca profundidad en el río comparado con otros años pero la gente sigue eligiendo venir a la isla a relajarse y disfrutar. Se ve mucho movimiento, más allá de los traslados de pasajeros creció de forma exponencial el parque náutico y cada vez acuden más personas con embarcaciones propias”, precisó Mauro. 

¿Qué pasa con La Fluvial?

Unos meses atrás, las autoridades del Ente Administrativo Puerto Rosario (Enapro) tomaron posición de la Estación Fluvial, luego de que se venciera su concesión, la cual estuvo 22 años en manos privadas. La entidad viene llevando adelante distintas reformas y obras de mantenimiento para poner a tono la infraestructura del complejo ubicado frente al Parque Nacional a la Bandera.

Por lo pronto, se tomó la decisión de que sea el mismo Enapro el que maneje la actividad del predio en general y del muelle en particular, encargándose de administrar a los proveedores de los servicios que operen en su interior. Según pudo averiguar Ecos365, la idea es que las refacciones se terminen a mediados de noviembre y, desde ese momento, poder retomar los cruces que se hacían desde su muelle a la isla Banquito de San Andrés. 

Sin embargo, hay una cuestión que escapa a la edilicia y está relacionada con la profundidad del río. Para que la embarcación pueda navegar, precisa que el agua a la altura de Rosario tenga un mínimo de 0,30 cm de agua. Si no se da esta condición para el próximo mes, las perspectivas de lluvias en Brasil abren una posibilidad más favorable de cara a diciembre, aunque el escenario todavía no es certero.