El padre de Máximo Thomsen, uno de los diez rugbiers detenidos por el crimen de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell, dijo al finalizar su visita en el penal de Dolores donde los acusados están alojados, que su hijo está "arrepentido" de lo sucedido y lo "lamenta muchísimo", y que para el joven fue "una pelea".

"Lo lamento terriblemente y no me quiero despertar nunca", expresó a la prensa Marcial Thomsen al retirarse de dicha cárcel alrededor de las 19.40 y remarcó: "Obvio que están arrepentidos".

El hombre, vestido con una remera clara, gorra con visera oscura y anteojos negros, dijo que se siente "destrozado por la muerte" de Fernando, "por lo que hicieron o por lo que les salió", y que trató de "llamar un montón de veces" y les dejó "mensajes" a los padres de la víctima.

"Si yo tengo el dolor que tengo, no me imagino lo que tendrán ellos. No quiero abrir los ojos", señaló visiblemente compungido.



Consultado sobre el hecho en sí, Marcial dijo que estaban "alcoholizados" pero que no los justifica "para nada".

"Para él fue una pelea, pero no se acuerda de cosas. Dice que lo lamenta muchísimo y se pone a llorar", añadió y admitió que tiene miedo de no volver a ver a su hijo "en libertad".

Minutos antes de las 18 de este jueves arribaron los primeros familiares cargando distintos artículos para entregar a los detenidos y se anunciaron en una oficina de recepción lindera al portón principal.

Enseguida arribó la madre de Thomsen, Rosalía Zárate, la arquitecta que era secretaria de Obras Públicas del Municipio de Zárate y que renunció días atrás; y minutos más tarde llegó otro grupo de al menos 12 personas.