El ataque a balazos que dejó en estado delicado a una mujer de 36 años en su casa del sudoeste rosarino acaso sea otra réplica de la disputa entre bandas que recrudeció a comienzos de semana con el intento de asesinato de Dylan Cantero, heredero de la marca delictiva de Los Monos en las calles de Rosario.
Apodada Muchi, Eliana Noelia Fernández quedó involucrada, indirectamente, en causas resonantes de la última década a partir de las detenciones o muertes violentas de sus parejas.
A fines de octubre compareció ante fiscales federales en una causa por lavado de activos que, entre otros bienes, puso la lupa en las remodelaciones de su casa de Aurora al 3800, un domicilio que fue allanado en más de una ocasión y donde, el martes por la noche, los sicarios quisieron matarla.
En la década pasada, Fernández era conocida en el ambiente delictivo porque era pareja de Daniel “Teletubi” Delgado, un hombre ligado a la banda de Los Monos que fue condenado en segunda instancia a 21 años de prisión por el triple crimen de Villa Moreno cometido el 1º de enero de 2012.
Delgado sumó luego otros 12 años y medio por su participación, desde la cárcel de Piñero, en la saga de balaceras contra objetivos del Poder Judicial instigada por Ariel “Guille” Cantero, líder de Los Monos, tras el juicio al clan que en 2018 terminó en altas condenas para el núcleo duro de la organización. Así, su pena unificada llegó a 33 años.
La mujer también mantuvo una relación sentimental con Marco Leonel Gutiérrez, un hombre de Capitán Bermúdez que en diciembre fue condenado a cuatro años de prisión en la Justicia federal. Ese expediente investigó a una banda narco que facturó millones de pesos entre 2020 y 2023 con la venta de droga, no sin recurrir a la violencia.
Gutiérrez había sido condenado en 2020 a una pena condicional por ocultar, en la casa de Aurora al 3800, a un adolescente que ofició de sicario en el homicidio de un joven llamado Nahuel Oliva, en Fray Luis Beltrán.
Eliana “Muchi” Fernández salió indemne de esa causa por tráfico de estupefacientes, pero a fines de octubre de este año terminó imputada en libertad por lavado de activos de origen delictivo agravado por haber aprovechado –según la Fiscalía– los dividendos que generó su ex, socio del cantante de cumbia Matías Bruzzoni, en una investigación que salpicó a la inmobiliaria Squadra.
La Fiscalía Federal les reprochó a Fernández y Gutiérrez haber encarado una millonaria remodelación en la casa de Aurora al 3800 y la adquisición de dos vehículos modestos: una Fiat Toro Freedom y un Volkswagen Fox.
En 2022, Fernández estaba en pareja con Ulises Gamarra, un joven de 23 años que, en el marco de una enemistad con integrantes del clan Cantero, terminó asesinado en un callejón del sur rosarino. Ese homicidio fue uno de los hechos de sangre que luego serían imputados a integrantes de la banda de Uriel Luciano “Lucho” Cantero, hijo de Lorena Verdún y Claudio “Pájaro” Cantero, y autodefinido como exponente de la “nueva generación de Los Monos”.
Fernández declaró en esa investigación y sostuvo que Lucho Cantero quería muerto a su novio por un conflicto previo vinculado a una mujer ajena a su relación actual: “Lucho le quería pegar a toda costa”.
Aún no está claro en qué parte del tablero delincuencial se ubicaba esta mujer en tiempos recientes, en medio de reconfiguraciones y de la aparición, como antagonistas de los Cantero, de la entidad conocida como Los Menores. Quienes la investigaron señalaron que, en sus redes sociales, abundan las imágenes con personajes ligados al delito. Pero que, en las veces que resultó allanada en su casa, "nunca se le encontró nada".



