Leila Schmitt, una mujer allegada al convicto Alan Funes, fue imputada este lunes por amenazar a empleados del gobierno de Santa Fe que el pasado 12 de enero se presentaron en Ayacucho al 4300 para derribar un inmueble ligado a la familia Funes.

"Qué es lo que hacen acá, ésta es mi casa, vengo de Fiscalía, ustedes no pueden tocar nada, salen ya, inmediatamente, ustedes no saben lo que les va a pasar, ésta es la casa de Alan Funes", son los dichos que le atribuyen a la joven (27) dirigidos al personal del Departamento de Logística del Ministerio de Seguridad.

La imputación por amenazas simples, resistencia y desobediencia a la autoridad fue realizada por el fiscal Aníbal Vescovo ante la jueza Hebe de Marcogliese. Por acuerdo de la fiscalía y el abogado Leopoldo Monteil se dispuso la libertad de Schimtt con ciertas reglas de conducta por el plazo de ley (al menos dos años) y una fianza de 400 mil pesos.

Entre las condiciones, figura la prohibición de acercamiento al inmueble de Ayacucho al 4385, donde vivió en su adolescencia Alan Funes, hoy condenado por narcotráfico, homicidio y asociación ilícita, a lo que se le suman otras causas abiertas por delitos graves que podrían depararle prisión perpetua.

Recientemente, una jueza provincial ordenó el derribo de esa vivienda, hoy convertida en una aguantadero, en virtud de la nueva ley de microtráfico de drogas que desfederalizó la persecución del narcomenudeo.

Dentro de esas paredes aún quedan pertenencias de la familia Funes, como fotos, cuadernos y hasta viejos de DVD grabados de series de “mafia y sicarios”. La provincia procuró "inutilizarlo" quitándole los techos y aberturas.

Así está hoy la vivienda de la familia Funes. (Rosario3)

En marzo de 2016, en la vereda de la casadonde Jorge “Gordo” Funes supo tener una gomería y una verdulería asesinaron a su esposa, Mariela Miranda, la madre de Alan. El crimen fue uno de los más emblemáticos del lustro pasado y desató una guerra territorial con el clan Caminos. Entre enero y febrero de 2018 fueron asesinados Jonatan y Ulises Funes, e intentaron matar a Jorge Funes, ya cuando este se había mudado a la localidad de Alvear y su casa de Ayacucho y Uriburu había comenzado su derrotero de decadencia.

Otros tiempos. Entre la mugre aún quedan elementos personales de una familia atravesada por la violencia y el delito.

Leila Schmitt, aseguran investigadores, conoció a Alan Funes en la cárcel de Piñero, cuando la joven iba a visitar a su padre, el mecánico Juan Carlos Schmitt, tristemente célebre por haber atropellado y matado a un cadete mientras probaba un Audi a 120 kilómetros por hora en barrio Belgrano.

Tiempo después, en una entrevista con La Capital dijo ser “amiga” y no novia de Alan Funes, hoy alojado en el penal de Ezeiza, donde lo visita. Schmitt, dijeron, está vinculada con Solange Funes, mencionada en investigaciones como una suerte de gerente de los intereses extramuros de su hermano Alan. En julio pasado, a Leila intentaron matarla en Ayacucho 4363, donde ahora fijó domicilio, a unos 20 metros de donde la detuvieron en la mañana del viernes pasado, lugar del que posee “prohibición absoluta de acercamiento”.