Estas declaraciones fueron brindadas en el marco de la XXX Semana Del Intervencionismo Mínimamente Invasivo (SIMI).

"La idea de estos robots es que el cirujano los maneja, el robot no toma decisiones por cuenta propia. Para realizar este tipo de cirugía, el profesional se tiene que entrenar en simuladores muchísimas horas, como si fuera el entrenamiento que tienen que hacer los pilotos de avión previo a realizar un viaje", describió a Lylyk.

El especialista explicó que "se trata de la supervisión a distancia y en tiempo real de una práctica médica mediante dispositivos técnicos robotizados que permiten controlar lo que esta ocurriendo en el quirófano. Se combinan softwares que utilizan el reconocimiento facial, la imagen y el sonido con datos biométricos y, de esta manera, se logra la vigilancia del tratamiento”.

La supervisión online automatizada es conocida como 'proctoring'; para que "el robot" funcione tiene que haber junto al paciente una o dos personas que conecten al robot después de realizar la punción.

"Esta punción puede ser realizada por un médico terapista, no hace falta que sea un neurocirujano endovascular el que la realice lo cual es muy práctico.

A través de esa punción se conecta el robot y, a partir de allí, ya toma el control el neuroradiólogo intervencionanista que puede estar a distancia", detalló el especialista.

Cuando termina, una persona tiene que desconectarlo del paciente; durante la operación el robot se maneja a través de un panel con distintos controles que tiene que ir manejando el intervencionista para ir moviéndolo el robot.

El neurocirujano explicó que "el objetivo es aumentar la precisión pero, además, en países tan vastos como el nuestro, con distancias tan grandes, quizás no hay cirujanos disponibles en todos los puntos del país".

En este punto, agregó: "Entonces, se podrían instalar este tipo de equipamientos en la Patagonia o en el norte, en áreas de difícil acceso, y evitar perder tiempo con los traslados".

"Por ejemplo -continuó- en un caso de ACV, por cada minuto se pierden dos millones de neuronas, entonces el paciente podría ser trasladado a este centro de robótica y desde allí, médicos especializados en este tipo de cirugía, podrían realizar el procedimiento estando lejos".

"Otra ventaja es que los médicos operan bajo rayos equis, entonces la radiación a la que nos vemos expuestos disminuiría", añadió

En la Argentina, si bien se han realizado ya intervenciones con robots, todavía no está presente el equipamiento para estas neurocirugías.

El SIMI es un congreso sobre Medicina Mínimamente Invasiva (esta edición comenzó ayer y se extenderá hasta el 25 de noviembre), que reúne a más de 1.500 participantes en el que se presentan las innovaciones tecnológicas que están revolucionando el mundo de la medicina y de los tratamientos neurovasculares.

Desde 2020, se realiza tanto en la modalidad presencial como virtual y desde hace cinco años en este marco se realiza la Cumbre del ACV.

Además, se dictan cursos especialmente dirigidos a técnicos, kinesiólogos y enfermeros y en actualización en ecografía y doppler.