Las rurales santafesinas están disconformes porque consideran que el campo “sigue en soledad” y, mediante un comunicado, destacaron los dos grandes males que aquejan al sector: “la sequía y la desidia gubernamental”.
Desde CARSFE han advertido reiteradamente a los gobiernos nacional y provincial, y a toda la sociedad, sobre lo que estaba sucediendo desde hace tres años, pero que se terminó de desencadenar con inusitada fuerza el último año. Lo que más molesta a la entidad ruralista es que “no se prestó ninguna atención a los avisos”. Y agregaron: “reuniones, promesas, excusas, todas actitudes evasivas para no enfrentar con carácter y determinación una situación que afectaría a toda la sociedad argentina”.
Para las rurales de la provincia, el gobierno de Santa Fe no hizo pedidos contundentes ni reclamos firmes al gobierno nacional, ni fue capaz de articular, con escasísimas excepciones, medidas que contribuyeran al alivio productivo, económico y social de los productores. En tanto, los legisladores santafesinos, los provinciales y los nacionales, tampoco alzaron su voz para acompañar, denunciar o generar iniciativas que aportaran soluciones urgentes. “Por el contrario, podemos afirmar que, en forma homogénea, hubo silencio”, afirmaron los productores.
Por su parte, el gobierno nacional, alejado de las necesidades del campo, “no sólo no contribuyó, sino que con sus erráticas políticas económicas empeoró decididamente todo atisbo de sostenimiento de las actividades, generando distorsiones insalvables en un corto plazo que se agota para los productores”
Hoy, toda la geografía provincial sigue bajo los efectos de la sequía. Aquellos que alcanzaron a sembrar en el otoño asumieron riesgos extraordinarios, y ante la persistente escasez de humedad, hoy se encuentran más endeudados y sin esperanzas de recuperación. Otro tanto sucede con los productores ganaderos de leche y carne que, lejos de mejorar su situación, ven que sus rodeos se reducen y hasta desaparecen, y con ello, la forma de vida con la cual varias generaciones se desarrollaron. “Esto es más evidente y elocuente en los departamentos del norte provincial, donde la condición ya es rayana en la catástrofe”, indicaron.
Lo mismo pasa para otras actividades agropecuarias, tal vez de menor significación económica para la política, pero que constituyen el sustento de muchas familias y poblaciones, tales como la hortifruticultura, la apicultura y otras formas de producción.
“Oídos sordos y especulación”
En estos días, el gobierno de la provincia de Santa Fe decretó el estado de desastre para tres departamentos del norte provincial, y retrotrajo de desastre a emergencia a todo el resto de los departamentos de la Provincia. La medida, que había sido solicitada en junio por la Comisión de emergencia provincial”, fue calificada como “tardía y especulativa” por parte de la entidad ruralista.
“Al parecer, como afirmamos antes, bastaría una lluvia o una medida burocrática (que además desoyó las recomendaciones de la Comisión) para que todos los efectos negativos se hayan superado. Eso, por supuesto, es una negación de la realidad y la confirmación del desinterés manifiesto en acompañar al sector del cual todos se sirven, pero con el cual no contribuyen”, afirmaron. Y concluyeron: “exigimos que quienes nos gobiernan asuman y reconozcan el protagonismo del campo santafesino.
No se trata de ayudas ni subsidios, se trata de respeto y consideración. Y de una visión compartida de Nación”
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