Atención ahorristas: la baja del dólar erosiona los rendimientos de los plazos fijos

Luego del triunfo oficialista, la caída del tipo de cambio presiona a la baja las tasas de los plazos fijos, afectando la rentabilidad real para los ahorristas

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Las elecciones legislativas del domingo marcaron un vuelco en el humor de los mercados: con el oficialismo fortalecido, el dólar comenzó a caer con fuerza frente al peso y esto tuvo un efecto inmediato sobre los rendimientos que ofrecen los plazos fijos en pesos.

Dinámica vinculada entre dólar y tasa de plazos fijos

Cuando el dólar baja en un contexto de inflación, los bancos perciben menos presión para ofrecer tasas altas en pesos. En este caso, el reacomodamiento del tipo de cambio —con caídas que rondaron el 4 % en la rueda tras los comicios— generó un espacio para que los intermediarios financieros recorten los rendimientos a depositantes. 

De hecho, ya en la jornada posterior a la elección varios bancos bajaron sus tasas de plazo fijo 1 a 6 puntos porcentuales; algunos recortes incluso superaron los 10 puntos en comparación con niveles de mitad de mes. 

Cómo están operando los bancos

No todos los bancos realizaron ajustes. Por ejemplo, el Banco Nación mantiene una TNA de 44 %. Pero entidades privadas como Santander o Galicia ofrecieron tasas de 32 % y 37 %, respectivamente, frente a niveles superiores en días anteriores.

En otros casos, se observó una fuerte dispersión: bancos digitales o regionales mantienen tasas próximas al 50-54 %, mientras que los más grandes convergen hacia rangos más modestos. 

El promedio del sistema ahora ronda entre 32 % y 34 % para plazos a 30 días, según relevamientos del BCRA. 

Para el ahorrista, esto implica que un millón de pesos colocado a 30 días puede rendir entre $26.000 y $36.000, dependiendo de la entidad. 

Impacto real, riesgos y alternativas

Aunque algunos recortes parecían “locura” frente a niveles de cauciones de corto plazo que llegaron al 90 % TNA, los bancos justifican la baja por una menor necesidad de captar pesos o exceso de liquidez. 

El gran desafío será mantener tasas reales positivas (es decir, con rendimiento por encima de la inflación), algo que se complica cuando bajas expectativas cambiarias y monetarias acompañan esta fase.

Ante este panorama, algunos ahorristas podrían buscar instrumentos alternativos: inversiones en bonos ajustados por inflación, instrumentos en dólares (cuando estén disponibles) o activos financieros (acciones, fondos comunes) que puedan capturar revalorizaciones cambiarias. Pero esos caminos implican más riesgo y volatilidad.

Perspectivas hacia adelante

La dirección futura de las tasas dependerá de factores clave como la política monetaria que adopte el Banco Central, la evolución de la inflación y el comportamiento del dólar. Si la tendencia bajista del billete continúa, es previsible que los bancos sigan ajustando a la baja sus tasas de fondeo y termine haber recortes adicionales. 

Sin embargo, si aparecen tensiones cambiarias o intervención oficial para frenar al peso, esa dinámica podría revertirse.

En suma: la caída del dólar luego de las elecciones ya comenzó a castigar la rentabilidad de los plazos fijos, erosionando su atractivo como refugio conservador. En un contexto de alta inflación, la clave para los ahorristas será elegir bien entre liquidez, riesgo y protección contra la depreciación.

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