Con sello santafesino: encontraron en el amor la receta para fabricar cerveza libre de gluten

Se conocieron en la universidad, se enamoraron y combinaron sus profesiones para crear una cerveza artesanal, inclusiva y sustentable 

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Gisell Irribarren es nutricionista y Brian Braccio es bioquímico, ambos egresados de la Universidad Nacional del Litoral (UNL). Fue en los pasillos de la facultad donde se cruzaron y se eligieron primero como amigos, luego como pareja y ahora como socios. Juntos combinaron sus profesiones y encontraron la receta para elaborar cerveza artesanal libre de gluten. La propuesta, además de ser inclusiva es sustentable por su forma producir. 

La historia de Inti comienza tres años atrás cuando sus creadores detectaron que en el mercado era muy difícil encontrar una opción apta para celíacos y personas con intolerancia al gluten. Con el propósito de meterse en el negocio, los emprendedores se formaron en la materia a través de diversos cursos y encontraron la fórmula justa para sustituir la cebada por granos de mijo y sarraceno.  

El 50 por ciento de nuestros clientes no tiene ninguna patología relacionada al consumo de gluten, pero igual nos elige porque les resulta atractiva la propuesta”

Otros aspectos que contemplaron desde el inicio del proyecto fue la posibilidad de sumar maltas agroecológicas y reducir al mínimo los desperdicios. La idea de los jóvenes es fomentar la economía circular y potenciar el crecimiento de la industria de manera sustentable. Así es que reutilizan un desecho muy contaminante para el medioambiente y lo reinsertan como suplemento alimentario o para la generación de energía.  

“Cuando utilizás granos y se extrae la parte líquida se suele descartar la parte sólida conocida como bagazo. Esto va a la basura y genera metano, uno de los gases del efecto invernadero más contaminantes”, explica a Ecos365 Gisell y agrega que al aprovechar este mal llamado residuo contribuyen a minimizar el impacto dandolé un valor agregado.  

Vivir y trabajar juntos: una química que fluye 

Si bien la demanda es grande, la iniciativa es hasta el momento la actividad laboral secundaria de los profesionales. Pero no descartan revertir la ecuación en un futuro no muy lejano. Mientras tanto, la producción la llevan a cabo en su domicilio, en un sector completamente equipado. Según ellos mismos describen se complementan muy bien y la química para trabajar juntos fluye. 

La clave es el sabor. Después de mucho investigar y probar logramos que el perfil no difiera de las cervezas artesanales tradicionales"

Con un público variado, además de los consumidores finales, tanto bares como almacenes saludables se interesan por sumar las distintas variantes de Inti. Inclusive en Rosario es posible adquirirlas. La oferta abarca desde las más clásicas como la Blonde Ale, la Porter y la Irish red hasta otras cervezas de estilo belga con otro tipo de levaduras y mayor graduación de alcohol. Todas se pueden encontrar en dos presentaciones, una de 350 ml y otra de 660 ml o por barriles con encargue previo. 

Las tres variedades clásicas de Inti

“Lo valioso es que el 50 por ciento de nuestros clientes no tiene ninguna patología relacionada al consumo de gluten, pero igual nos elige porque les resulta atractiva la propuesta”, amplia Irribarren y pone el foco en que el boca en boca es su mejor aliado. No obstante, es preciso resaltar que gracias a esta alternativa y la garantía de sus hacedores especializados hacen posible que más personas pueden disfrutar de una birra con sus amigos y familiares. 

“La clave es el sabor. Después de mucho investigar y probar logramos que el perfil no difiera de las cervezas artesanales tradicionales gracias al equilibrio que se da entre los granos”, detalla con orgullo la emprendedora.  

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