El Gobierno estudia subir la presión tributaria para bajar el déficit fiscal

Con el fin de cumplir con el FMI, se analiza reducir del 4% al 2,5% el desequilibrio primario. Para eso aumentarían impuestos a grandes contribuyentes y achicarían subsidios

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El Gobierno analiza aumentar todavía más la presión tributaria en 2022, sobre todo para grandes contribuyentes, con el fil de bajar el déficit fiscal, tal como le exige el FMI para aprobar el acuerdo sobre la deuda.

El oficialismo maneja el tema con “sumo cuidado” por la cercanía electoral, pero fuentes del Ministerio de Economía señalaron al diario Perfil que “indudablemente el año que viene se va a concretar alguna baja en el déficit”.

La idea sería aplicar una recarga tributaria sobre grandes y medianos contribuyentes, por un lado, y en cuanto al gasto, se piensa en reducir los subsidios económicos directos. Para tomar una magnitud del ajuste que se viene, se estima que este año el déficit fiscal cerrará en torno al 4 o 4,2% del PBI, y en las reuniones con el FMI se menciona que para el año próximo el desequilibrio debería estar en torno al 2,5%.

Esto implicará un fuerte ajuste para que los números cierren, y mayor presión fiscal pese a los elevados niveles en los que se encuentra actualmente. En este momento, la misma se ubica en un 33,1% sobre la actividad privada en la Argentina y en 2022 podría elevarse en uno o dos puntos más.

Una alternativa es la de modificar las alícuotas sobre los grandes contribuyentes, y otra más directa es la de aplicar cambios con mayor presión sobre el impuesto a los bienes personales, en especial, sobre aquellos que tienen activos en el exterior y que ingresaron al blanqueo impulsado por el Gobierno anterior.

Por otro lado, se negocia con el FMI una importante reducción de los subsidios, que este año serán del 3% del PBI, cuando en 2019 representaban el 1,6% y en 2020 el 2%. De esta manera, podrían producirse aumentos en las tarifas de servicios públicos, sobre todo en las de electricidad, gas y transporte, altísimamente subsidiado sobre todo en Buenos Aires. En energía, este año hubo una corrección del 9%, pero en 2022 podría ser superior al 30%.

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