El Gobierno renovó todos los vencimientos y los bancos consiguieron tasas de hasta el 86%

El Gobierno logró revertir la falta de interés que mostraron los bancos en el primer llamado del mes cuando el rollover fue de apenas el 61%

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El Ministerio de Economía logró este miércoles renovar deuda por un total del 114,,6% gracias al apoyo normativo del Banco Central que al modificar las normas de encaje de los bancos generó una demanda para los títulos que se presentaron durante la licitación de la jornada.

Según informe el Secretario de Finanzas, Pablo Quirno, en la jornada se adjudicaron casi $7,7 billones contra ofertas por $8,3 billones. Los datos indican que el Gobierno logró revertir la falta de interés que mostraron los bancos en el primer llamado del mes cuando el rollover fue de apenas el 61%.

El grueso de la colocación se concentró los bonos ajustados por la tasa TAMAR que son los que sirven para constituir encajes en el BCRA. Para ello los bancos consiguieron una tasa efectiva anual del 86%.

De acuerdo con la información oficial los resultados fueron los siguientes:

LECAP

* Al 30 de septiembre (S30S5) $1,599 billones a 4,81% tasa mensual/ 75,66% tasa anual

* Al 16 de enero de 2026 (S16E6) $0,904 billones a 3,53% TEM / 51,58% TIREA

* Al 27 de febrero de 2026 (S27F6) $0,546 billones a 3,95% TEM / 59,18% TIREA

TAMAR

* Al 16 de enero (M16E6) $3,338 billones a +1,64% TNA

* Al 27 de febrero (M27F6) $1,280 billones a +1,50% TNA

El Juego de Sillas: Lectura para la Economía Real

La exitosa licitación del Tesoro, si bien representa un alivio financiero crucial para el Gobierno, esconde una dinámica con implicancias directas para el sector privado. La clave del éxito no fue una repentina ola de confianza, sino una calibrada maniobra regulatoria del Banco Central. Al permitir que los bancos utilicen estos bonos para integrar sus encajes, se transformó una obligación (fondos inmovilizados) en una oportunidad de inversión de alta rentabilidad y riesgo cero. Para las entidades financieras, la decisión fue sencilla: un rendimiento garantizado del 86% anual en pesos por un dinero que, de otro modo, estaría estancado.

Para el empresario de Rosario y la región, este movimiento en el tablero macroeconómico enciende dos luces de alerta. La primera y más inmediata es el efecto "crowding out" o desplazamiento. Con el Estado convirtiéndose en el cliente más grande y rentable del sistema financiero, ¿qué incentivos tienen los bancos para prestarle a una PyME local? La liquidez es finita, y la competencia por ella se vuelve más dura. Esto anticipa un escenario de posible contracción en la oferta de crédito para la producción o, como mínimo, un encarecimiento de sus tasas, que deberán competir con el piso que ahora establece el propio Gobierno.

La segunda alerta es sobre el costo de oportunidad de la inversión. Tasas tan elevadas en pesos para instrumentos de deuda soberana crean un poderoso imán para los capitales, fomentando la conocida "bicicleta financiera" en detrimento de la economía real. Para cualquier inversor o empresario con excedentes, la pregunta es ineludible: ¿por qué arriesgar en ampliar una línea de producción, contratar personal o apostar a un nuevo mercado, cuando se puede obtener una rentabilidad tan alta y segura prestandándole al Tesoro?

El alivio en las cuentas fiscales de hoy se construye sobre una arquitectura que privilegia el capital financiero. La celebración en los despachos de Buenos Aires abre un interrogante que resuena en cada parque industrial y comercio de nuestra provincia: ¿quién terminará pagando la factura de esta estabilidad financiera?

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