El dilema de los 0km: ¿comprar un auto ahora o aguantar para ver qué pasa con los precios?

El escenario está cambiando y tras las subas de agosto, los usuarios podrían tener buenas noticias para lo que resta del año. ¿Será dará?

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El mercado automotor ingresa en la última parte del año con una expectativa importante respecto a lo que puede pasar con la demanda. Hasta ahora, los números muestran una recuperación consolidada en la comparación con los últimos años.

El mercado de 2025 cerrará en aproximadamente 630.000 unidades, dependiendo del nivel de optimismo de quien realice la estimación. Algunos creen que puede ser un poco más bajo; otros piensan que se va a superar. El resultado final estará sujeto a la política comercial y los objetivos que tenga cada automotriz.

Más allá de todas estas estadísticas que interesan a las empresas y al Gobierno, lo importante para el consumidor es lo que pueda suceder en materia de precios.

Es difícil formular un pronóstico porque hay variables que no se pueden manejar. Se está ingresando a un proceso electoral (es normal que la gente postergue decisiones de compra) y la cotización del dólar volvió a ser un tema de atención, después de algunos meses más estables.

Por eso, lo único que se puede hacer es tomar nota de lo que se dice en el mercado por quienes fabrican, importan o venden autos respecto a su visión para esta última parte del año.

Beneficios para el usuario

Hay una coincidencia generalizada de que en los próximos meses habrá una mayor competencia y eso, en principio, es bueno para los consumidores.

Se viene de unos años con muchas restricciones a las importaciones, con poca oferta de vehículos y sobreprecios, para pasar, desde hace meses, a otro de mayor oferta y descuentos. Esto es lo que estuvo sucediendo a lo largo de este año y se cree que se profundizará en el corto plazo. Si bien las grandes terminales ya estabilizaron sus niveles de importación en un volumen alto, puede ser que esa política se acentúe un poco más.

Brasil es el principal país de origen de los 0km que se importan (el 85% de los autos que ingresan a la Argentina vienen de ese país) y su mercado interno está un poco debilitado por lo que la presión para exportar autos será mayor.

Esto va a hacer que la guerra de precios -a través de descuentos- beneficie al comprador que podrá sentarse frente al vendedor a exigir mejores condiciones.

Hay que tener en cuenta que, si bien los precios siguen subiendo (agosto fue un mes con aumentos de 3% a 12%), los ajustes que hacen las terminales están por debajo de la suba que registra el dólar.

El promedio de aumento de las terminales fue de 4% o 5%, contra un dólar que subió 8% o 9%, cuando se decidieron esos incrementos. Esto quiere decir que los 0km en dólares están más accesibles.

Lo que viene

Con este escenario de más competencia, con un crédito que se está encareciendo por la suba de tasas lo que recortará la demanda y alguna recuperación del poder adquisitivo, se vislumbra un mercado más duro para vender y la forma de mantener market share y cumplir con los objetivos comerciales tendría que estar vinculada a una política de precios más agresiva para los próximos meses.

Las terminales están forzando a sus concesionarias a comprar más autos y estas tienen que reducir sus márgenes para poder venderlos cuanto antes, ya que el costo financiero de mantener el stock y de no cumplir con los plazos de pago con las fábricas es muy alto.

Con este escenario, la teoría indica que se vienen meses favorables para los consumidores. Habrá que ver si se confirma en la práctica.

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