Muu: la historia de la agtech rosarina que nació en la pandemia y hoy rediseña un negocio de 100 años

De un llamado en plena crisis a crear el primer CRM ganadero del país. La historia de dos socios que organizaron el caos de la compra-venta de hacienda y ahora expanden su “Mercado Libre” ganadero a toda la región

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En el ADN del empresario argentino hay una fibra que se activa con la crisis. Cuando el mundo se detiene, algunos ven un final y otros, una recta para acelerar a fondo. Esta es la historia de cómo la parálisis de una pandemia global fue la chispa que encendió un motor de innovación en uno de los sectores más tradicionales del país: la ganadería. Es la historia de Muu Mercado Digital Ganadero, una empresa rosarina que no sólo le encontró una solución tecnológica a un problema centenario, sino que está redefiniendo las reglas del juego.

Todo explotó en 2020. El mundo se guardaba y las actividades presenciales, como los históricos remates de hacienda, se vieron obligadas a un parate forzoso. La compra y venta de ganado, un ritual que se mantuvo casi idéntico por más de un siglo, se volcó de un día para el otro a la herramienta más inmediata y anárquica que había a mano: los grupos de WhatsApp. Lo que siguió fue el caos. Productores inundados de mensajes con lotes que no les interesaban, de zonas remotas, de razas y pesos que no buscaban. Del otro lado, los representantes de las consignatarias lidiando con una catarata de consultas y ofertas desordenadas, un verdadero teléfono descompuesto que hacía casi imposible concretar una operación de forma eficiente.

En ese hervidero de notificaciones estaba Martín Fabre, un productor ganadero que sentía la frustración en carne propia. Y del otro lado de la línea, Lucas Arrighi, un ingeniero en sistemas con la cabeza cableada para encontrar orden en el desorden. Un llamado telefónico entre ellos fue el punto de partida. “La verdad fue, tenemos que hacer algo para cambiar la forma de comprar y vender, tenemos que organizar, poder comprar 24-7 desde una app donde haya muchos lotes, poder enterarse que tenés un lote cerca del campo”, recuerda Martín sobre esa charla inicial que lo cambió todo. La necesidad era tan clara como urgente. Hacía falta una solución que trajera calma a la tormenta digital.

Así, a pulmón y desde el departamento de Lucas, donde las jornadas laborales se estiraban hasta la madrugada, empezó a gestarse la idea. No se trataba de inventar la rueda. Como ellos mismos dicen, la tecnología ya había atravesado al campo. El productor ya usaba el smartphone y estaba digitalizado. La clave era desarrollar una herramienta que ordenara esa comunicación y potenciara los negocios. La inspiración fue clara: crear una especie de "Mercado Libre" ganadero. Un espacio único donde las consignatarias, esas "inmobiliarias del ganado" que garantizan las transacciones, pudieran publicar sus lotes con todos los filtros necesarios: localidad, raza, peso, certificaciones. Y donde los productores compradores, con un par de clics, pudieran encontrar exactamente lo que buscaban, ahorrando un bien tan valioso como el tiempo y, por supuesto, dinero en fletes innecesarios.

El arranque fue, como en tantas historias de emprendedores, con un espíritu de bootstrapping. La inversión inicial salió de los bolsillos de los socios, en horas de laburo y en capital. La "cueva" original fue el living de Lucas, y el combustible para crecer era una mezcla de creatividad, reinversión total de las primeras ventas y una fe ciega en que estaban solucionando un dolor real.

El salto de calidad: cuando la solución se convirtió en el cerebro del negocio

Remarla en un mercado tan tradicional no es para cualquiera. Los momentos de desánimo, esos donde las expectativas le ganan a la realidad, fueron una constante. Pero después de cada bajón, aparecía una nueva oportunidad, un cliente que confiaba, un giro inesperado que volvía a poner el proyecto en marcha. El verdadero punto de inflexión, ese que los hizo sentir que estaban para jugar en otra liga, llegó de varias formas. Primero, cuando las consignatarias más grandes del país, esas que parecían inalcanzables, no sólo les atendieron el teléfono, sino que empezaron a subir sus lotes de forma orgánica a la plataforma. "Si ellos, que tienen todo resuelto, usan Muu, nos va a ir muy bien", pensaron.

Pero la validación más potente vino de los propios usuarios. "Recuerdo hablar con un productor de Entre Ríos en una Agroactiva y que nos contara que al día siguiente cargaba un camión que había comprado por Muu. Había encontrado un lote de animales muy cerca de su campo que de otra forma no hubiese conocido", cuentan. Ese simple comentario encerraba toda la propuesta de valor: ahorro en logística, menos estrés para el animal al evitar traslados a ferias, y una conexión directa y eficiente entre las partes. La consagración llegó en 2022, en la Expo Rural de Palermo. Fueron, medio en broma, "por el catering que tenía buena fama" y se terminaron llevando el premio CITA a la Agtech Ganadera del año. De repente, los medios los llamaban y la plataforma explotó en registros.

Sin embargo, el hito que transformó a Muu de un marketplace a un ecosistema tecnológico completo fue, otra vez, escuchar al cliente. Una consignataria muy importante les planteó una necesidad que iba más allá de la venta: necesitaban gestionar toda su operatoria comercial. Así nació el primer y único CRM ganadero de Argentina, una solución de gestión comercial creada codo a codo con las propias consignatarias y un equipo de desarrolladores con raíces en el campo. Este es su gran diferencial, su salsa secreta. "Somos productores ganaderos, o de familia ganadera, que desarrollamos software. Cuando nos sentamos con el dueño de una firma de 100 años sabemos al detalle qué hacen y qué les duele", explican.

Este CRM es la joya de la corona. Vinculado en tiempo real con el marketplace, procesa la información de búsqueda de miles de productores y la transforma en inteligencia de mercado. Las consignatarias pueden saber qué se está demandando, quién lo demanda y dónde, permitiéndoles hacer negocios mucho más precisos y eficientes. El modelo de negocio, que tanto les costó definir, se consolidó en un ecosistema sinérgico: las consignatarias pagan un abono mensual por publicar y por usar el CRM; empresas del rubro (desde laboratorios hasta concesionarios) se publicitan en el marketplace; y además, ofrecen desarrollos a medida. Todo sin tocar un peso de comisión por las transacciones de hacienda.

Hoy, el equipo está formado por unas diez personas, "jugadores de calidad", como les gusta decir. Profesionales flexibles, de alto rendimiento y con dominio de herramientas de inteligencia artificial. La expansión ya es un hecho, con clientes en Uruguay y Paraguay y el sueño de seguir creciendo en la región. Si tuvieran que tatuarse una lección aprendida en este viaje, sería una sola palabra: paciencia. Y el consejo para quienes arrancan es claro: seguir el instinto, creer en uno mismo y no aflojar, porque aunque el camino es duro, vale la pena. En un país donde las trabas a veces parecen más grandes que las oportunidades, la historia de Muu demuestra que con innovación, un profundo conocimiento del terreno y un equipo apasionado, se puede surfear cualquier ola. Y de paso, transformar una industria entera.

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