"Ningún peso va a la calle": el Gobierno sacó una licitación de la galera y captó $3,8 billones

Funcionarios señalaron que esta licitación contribuye a completar el objetivo de absorción monetaria luego de la suba de encajes implementada por el Banco Central

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El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, anunció que en la licitación se adjudicó $3,788 billones sobre un total de ofertas recibidas por $3,799 billones. En esta oportunidad el gobierno consiguió refinanciar a un costo equivalente al de un plazo fijo mayorista más un 1%.

Quirno indicó: "Esta licitación contribuye a completar el objetivo de absorción monetaria luego de la suba de encajes implementada por el BCRA", anunció. Es de recordar que del último llamado, hoy se liquidaron unos $5,8 billones.

En la licitación del miércoles de la semana pasada se renovaron unos $9 billones sobre un total de $15 billones. La diferencia de $2 billones de esta jornada fue a la normas de encajes de los bancos. Al respecto, el director del Banco Central Federico Furiase señaló: "Ningún peso va a la calle".

El jueves el BCRA anunció una suba de encajes de 5 puntos para los depósitos a la vista en bancos del grupo A, de los Fondos Comunes, money market y las cauciones. Hasta el 28 de noviembre los encajes de los primeros aumentarán de 45% a 50%, mientras que de los segundos pasarán de 40% a 45%.

Este incremento podrá ser integrado con títulos públicos. Además, podrán integrarse 3 puntos adicionales con títulos del Tesoro adquiridos en las licitaciones especiales.

Claves para el ecosistema empresarial regional

La maniobra del equipo económico presenta un escenario de lectura obligada para el empresariado de Rosario y la región. La estrategia de "absorción monetaria" a través de la licitación de deuda y el ajuste de los encajes bancarios no es un mero tecnicismo financiero, sino una señal directa sobre el rumbo del costo del dinero y la disponibilidad de crédito, dos variables críticas para cualquier plan de negocios.

Su objetivo es claro: reducir la emisión monetaria para contener la inflación y, a la vez, generar mecanismos de financiamiento para el Estado que no dependan de la "maquinita".

Para el empresario local, esta política de "ningún peso a la calle" implica varias consideraciones estratégicas:

  • Costo y acceso al crédito: La suba de encajes, si bien puede ser integrada con títulos públicos, presiona sobre la liquidez de los bancos. Esto podría traducirse, en el corto y mediano plazo, en un encarecimiento de las líneas de crédito para capital de trabajo, descuento de cheques o inversión productiva. Las empresas deberán monitorear de cerca las tasas ofrecidas por las entidades financieras y evaluar estructuras de costos más ajustadas.
  • Atractivo de las inversiones financieras: Al ofrecer el Tesoro una tasa que compite directamente con los plazos fijos mayoristas, se genera un incentivo para que la liquidez de las empresas y los inversores se canalice hacia instrumentos del Estado en lugar de la economía real o el consumo. Esto representa una oportunidad para quienes buscan refugio para sus excedentes de caja, pero a la vez un desafío para la dinamización del mercado interno.
  • Previsibilidad y planificación: Si bien la medida busca atacar la inflación, su éxito dependerá de la consistencia del plan económico en su conjunto. El empresariado de la región deberá evaluar este tipo de señales como parte de un rompecabezas más grande que incluye la evolución del tipo de cambio, la actividad económica general y la política fiscal. La planificación financiera y la gestión eficiente del capital de trabajo se vuelven, más que nunca, herramientas indispensables para navegar este contexto.

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