Polémica en el Senado: el aumento de las dietas reavivó el malestar en diputados

Los legisladores aseguran que no es suficiente para quienes viven en el interior y deben pagar estadías todas las semanas

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El aumento de las dietas de los senadores, que a partir del mes que viene el sueldo bruto superará los $7 millones, acrecentó el malestar que desde el mes pasado reina en todos los bloques de la Cámara de Diputados.

A principios de marzo Victoria Villarruel, titular del Senado, y Martín Menem, su par de la Cámara baja, habían aprobado un aumento del 30% para los legisladores en sintonía con la paritaria de los trabajadores del Congreso. La noticia causó un cimbronazo político y hasta el propio Javier Milei se metió en la discusión para evitar que afecte la imagen de su gobierno.

Por presión del Presidente, Villarruel y Menem retrotrajeron la medida. De hecho, Menem siempre sostuvo que no estaba al tanto de que la paritaria de los trabajadores parlamentarios estaba “enganchada” a las dietas de los diputados.

El virtual congelamiento dejó los sueldos de los diputados en alrededor de $1.500.000, una cifra -según los diputados de casi todos los bloques- que no es suficiente para solventar los gastos de quienes viven fuera el AMBA.

“Un hotel medio pelo cuesta $70.000 por día y tienen que venir tres días por semana, mínimo. Además los diputados tienen que mantener sus casas en sus provincias, moverse y comer acá en CABA”, explicó un referente del PRO, disconforme con la decisión de Menem. A su vez, también criticó a los miembros de su propio espacio que se alinearon con la posición del Gobierno. “Algunos que no viven de su sueldo de diputado toman su situación personal para opinar en general, pero esa no es la realidad de la mayor parte del bloque”, continuó.

Ser diputado plantea una serie de incompatibilidades que les impide desempeñar muchas actividades para complementar sus ingresos. Por ejemplo, los abogados no pueden ejercer. Este es otro de los argumentos que suelen repetir los legisladores para defender la necesidad de que sus sueldos no se retrasen respecto a la inflación.

En el plano político, desde el peronismo destacan que la política “demagógica” de “castigar” a los legisladores llevará en el mediano plazo a empeorar el nivel de los representantes. “Solo van a hacer política los ricos, que se puedan bancar por afuera”, dijeron. En esa línea, también explicaron que las críticas a la cantidad de asesores y los sueldos bajos que cobran también conducirán a que los diputados sean más permeables a los lobbys. “Van a tomar esos proyectos ‘llave en mano’ que redactan los que tienen intereses en alguna área, porque no van a tener profesionales para trabajar esos temas”, señalaron.

La maniobra del Senado, de la que rápidamente salió a despegarse el propio Milei, requirió necesariamente de un amplio acuerdo político. Primero para garantizar los dos tercios de los votos que habilitaron el tratamiento “sobre tablas” (el proyecto no estaba en el temario); luego para que la votación sea a mano alzada sin que nadie reclamara una votación nominal (dejando registro de cómo votó cada senador) y también para que ningún legislador hiciera uso de la palabra.

De hecho, la propia Victoria Villarruel dejó una pista en un tuit posterior al escándalo. “Hoy los senadores de todos los bloques acordaron un aumento de su salario que fue votado a mano alzada en el recinto por contar con los votos necesarios para hacerlo”, publicó. El detalle es que aclaró que fueron todos los bloques, sin separar a los libertarios.

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