Rosarina creó plataforma que ayuda a médicos a elegir el mejor tratamiento para sus pacientes

El software está pensado para dar respuestas a personas con enfermedades poco frecuentes que no encontraron solución en la medicina tradicional

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La medicina tradicional suele ser muy efectiva con patologías tradicionales, sin embargo aumenta el riesgo de error con enfermedades poco convencionales y oncológicas. Mientras en algunos casos el tratamiento médico no da resultados, en otros estos resultan ser sumamente invasivos, a veces sin necesidad, empeorando la calidad de vida del paciente. Para minimizar riesgos y aumentar certezas a la hora de encontrar la mejor respuesta a cada problema de salud, una rosarina ideó una plataforma bioinformática que se destacó en la competencia de negocios Naves Federal.

“La respuesta a los problemas de salud que tenemos está en el ADN. Pero si lo imprimiéramos llenaríamos cuatro mil libros, y resultaría casi imposible, entre tanta información, detectar el cambio en una letra. La bioinformática brinda herramientas para facilitar el proceso”, comenzó diciendo Alejandra Moreno, biotecnóloga rosarina, con un doctorado en Ciencias Biológicas y especializada en bioinformática.

Alejandra Moreno, fundadora de BioXsome

 

En esta última rama encontró la puerta de acceso para dar soluciones allí donde la medicina tradicional no había logrado dar con la tecla. Con este propósito, creó este año BioXsome. “Hoy hay laboratorio que hacen estudios genómicos, pero carecen de una plataforma informática para analizarlos. Nuestra propuesta de valor es aportarles esto último, permitiéndoles subir el archivo de lo analizado en laboratorio, y entregándoles después un informe con lo interpretado para que el médico tome la mejor decisión”, describió en diálogo con Ecos365.

La idea es que aquellos laboratorios que toman muestras de sangre o hacen estudio de ADN también puedan sumar –a través de este sistema- otras prestaciones enfocadas sobre todo en el análisis de pacientes con enfermedades poco frecuentes o de tipo oncológico, para poder luego asesorar al profesional de la salud a cargo. De esta manera, podrían entrar al mundo de la medicina personalizada ahorrándose el tiempo y los costos de adquirir los equipos y conformar un área de bioinformática.

(Crédito: Unsplash)

 

“En el país hay tres laboratorios que hacen algo parecido pero todo integrado: toma de muestra sangre, análisis de estudio ADN y parte bioinformática. Nosotros haremos lo último exclusivamente, y de este tipo sólo hay algunos en Estados Unidos, México y Finlandia”, enumeró y agregó que esta tecnología tiene menos de una década en el mundo, y en Argentina menos de cinco años.

Cabe aclarar que lo que busca brindar BioXsome es una ayuda tecnológica, que de ningún modo reemplaza al médico. “Se trata de una herramienta que potencia al médico, que ahora tendrá más elementos para determinar mejor qué tratamiento conviene que siga cada paciente, porque tal vez hay alguno no tan invasivo que igual de resultado y le mejora la calidad de vida”, explicó. Otras ventajas de esta tecnología son que se encuentra certificada internacionalmente, está permanentemente controlada y actualiza su base de datos, con lo cual ofrece las respuestas más novedosas y precisas. 

El equipo de BioXsome

 

Moreno comenzó con su propuesta meses atrás y al poco tiempo sumó a la bióloga mexicana Isis Abril Pérez Alvarado y al bioinformático Gastón Pini al equipo. Ahora está en busca de una persona del ámbito de los negocios para terminar de darle forma a la iniciativa. “Tiene que ser alguien que se mueva por las mismas razones que nosotros: intentar darle respuesta a una persona a quien la medicina tradicional por alguna razón no se la dio”, planteó. Actualmente están terminando el MVP, y una vez que lo tengan listos, saldrán de ronda de negocios para sumar capital.

“En la competencia Naves Federal validamos nuestra idea de negocios, y todos los jurados valoraron que el proyecto tiene alcance global, porque a la plataforma puede sumarse cualquier laboratorio del planeta”, cerró la emprendedora.

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