Dukascopy es un banco virtual suizo que ofrece una cuenta virtual multimoneda (dólares, euros), divisas virtuales (como el bitcoin), tarjeta prepaga Visa o Mastercard y la posibilidad de invertir en fondos y acciones.
Los servicios no tienen costo de apertura, pero sí aplica comisiones en caso de que se hagan diferentes transacciones, según consignó el sitio iProUp. Por ejemplo, recargar la tarjeta prepaga con métodos como Skrill o Neteller (competidores de PayPal) implica el pago de 2,5%. Además cobra el envío de la tarjeta, que cuesta unos 30 dólares para el express y 10 para el "normal".
La ventaja es que se pueden depositar fondos desde bancos europeos y en pesos sin pasar por un banco, a través de plataformas "persona a persona" que permiten a un usuario vender sus saldos de PayPal (en dólares) a otro que quiere comprarlo (depositándolse pesos). Una de las más usadas en el país es Saldo.com.ar.
Esta plataforma permite, además de enviar saldo a PayPal sin pasar por el mercado de cambios y evitar el 65% de recargo, transferir desde cualquier cuenta bancaria o fintech y redes de cobranzas (Rapipago, Pago Fácil) dinero a una cuenta en Europa. La tarjeta prepaga, si bien debe tener saldo, sirve para pagar en cualquier sitio web y no limita el cupo de u$s200.
Otra modalidad que está creciendo en la Argentina es el cobro por trabajos en monedas digitales, como Bitcoin o DAI, cuya cotización está atada al billete estadounidense y son consideradas "dólar digital". Estas dos divisas forman parte del top-five de formas de pago en Saldo.com.ar.
Cabe aclarar que las operaciones con plataformas como PayPal y Bitcoins suelen estar en un gris legal y tributario. Si bien el Banco Central impidió las recargas con tarjetas en el sistema de pagos estadounidense, los expertos afirman que es lícito cobrar trabajos y operar con saldos de plataformas.
"Como te pagan por un servicio digital, se trata de un pago en especie. No tenés obligación de liquidarlo, porque ese dinero no está en ningún lado", indicó Guillermo Navarro, abogado experto en derecho tecnológico y fundador del estudio Bildenex, al mencionado medio. "Una remuneración por PayPal o Bitcoins -sigue el letrado- es como que te paguen con un kilo de sal. No tengo obligación de declarar algo que no es dinero y, técnicamente, un saldo digital no es dinero", agregó.
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