Este viernes comenzó el juicio contra Ariel Máximo "Guille" Cantero, líder de Los Monos, y parte de su banda por balaceras de 2018 dirigidas a domicilios de jueces, de policías que investigaron a la organización narco y edificios judiciales. La audiencia tuvo su momento más caliente en el inicio, cuando el capo narco, previa a los alegatos de apertura, dijo tener como "oficio" el "contratar sicarios para tirar tiros a jueces judiciales (sic)".

Uno de los fiscales del juicio es Matías Edery, quien este sábado en diálogo con Roberto Caferra (Radiópolis Weekend, Radio 2), se refirió a la polémica frase: “Nos tomó desprevenidos, pero él tiene esa actitud de desafío. Pero sí, fue una amenaza, un amedrentamiento. Se burla del sistema, se coloca en ese rol. Se sabe una pieza fundamental en el crimen organizado y quiere esto, es su show”, consideró.

Para el funcionario, Cantero busca notoriedad mediática. “Su abogado Fausto Yrure dice que es ironía, que intenta decir «ya fue juzgado» pero no deja de tener un tono intimidante, se lo dijo a un juez, entonces sabe que intimida y no tengo dudas”, remarcó.

Incluso, ató la frase al ataque a tiros contra el Centro de Justicia Penal de Rosario el miércoles a la noche, el edificio en el que precisamente ayer comenzó el juicio. “Las veces que se ha disparado ha habido un hecho relevante siempre, la amenaza después en la audiencia ratifica esta situación”, indicó.

Los delitos que se exhiben durante el proceso judicial atribuidos a Ariel Guille Cantero debieron ser perpetrados intramuros, ya que el acusado está preso. Consultado al respecto, apuntó: “Para los que trabajamos de esto es frustrante condenar gente que ya es condenada”, señaló y ahondó: “Disponen de aparatos celulares en las cárceles, es un factor importante pero no el único. Conservan ese poder de fuego y hay gente que le responde en la calle y de esa manera siguen los vínculos”.

“Este contacto tan fluido con el afuera es lo primero que habría que analizar. Hay que ir hacia esa realidad, no pueden tener visitas con contactos sin blindex, se pasan los celulares, notas”, aseguró y agregó: “Hay que avanzar en la regulación de cómo se da los derechos de las personas privadas de la libertad”.

De esta forma, los internos mantendrían acciones ilícitas, dando órdenes, acordando tarifas y organizados ataques como si estuviesen en libertad. “El negocio de Guille no es más el narco, el negocio de Guille es la violencia y se lo vende al que le pague. Y los contratan para eliminar rivales empresarios y sindicalistas y eso nos preocupa mucho”.