Jonatan Ezequiel Almada, sindicado como uno de los cabecillas de una organización narcocriminal con sede en Ludueña y Empalme Graneros, pergeñó una repartija de panfletos con escraches a fiscales en represalia por la detención de varios de sus familiares durante un megaoperativo de 57 allanamientos del pasado 22 de agosto, según la imputación llevada a cabo este jueves por el fiscal Franco Carbone.

Almada –detenido como “gerente” de una asociación ilícita ligada a la banda de Los Monos– sumó una imputación como instigador de los delitos de “amenazas coactivas calificadas con el propósito de obtener alguna medida o concesión de parte de cualquier miembro de los poderes públicos”.

En los escritos, se acusaba a los funcionarios judiciales de recibir informaciones de bandas rivales al grupo de Almada y, a cambio, otorgarles beneficios en los lugares de detención.

Además de Almada, el fiscal Franco Carbone imputó a Oriana A., Leonel Alejandro Denis y Juan Manuel Santa Cruz por haber llevado adelante el reparto de panfletos dirigidos a los fiscales Pablo Socca y Matías Edery, que fueron hallados los días 31 de agosto y 1º de septiembre en Lamadrid al 500, sede de la Agencia de Investigación Criminal (AIC); el Centro Municipal de Distrito Sur –donde colgaron un pasacalle–; el hospital de Niños Zona Norte y el estacionamiento de Televisión Litoral.

“Fiscal Socca, dejá de vender humo con gente inocente y meter presos que Fran Riquelme y Jonita Riquelme te apuntan. Y el otro, Matías Edery, hacen meter presos y hacen causas a la gente que René Ungaro, Los Funes y Los Riquelme les apuntan para arreglar condenas, abreviados y estadía en pabellones comunes”, decían, por caso, los 21 papeles hallados en la sede de la AIC.

Carbone presentó como evidencia “elocuentes” audios recuperados de teléfonos secuestrados a Almada y Denis.

Estas grabaciones denotan, a criterio del fiscal, “el enojo de los organizadores (del grupo criminal) a partir de los allanamientos que hizo el fiscal Socca. Y después cómo idean (el plan). Primero hablan de matar policías, de matar fiscales. Después dicen que no. Que es conveniente en realidad arrojar panfletos para que, justamente, la sociedad piense esto: que están desarticulando una banda, pero no la banda contraria”, señaló Carbone en conferencia de prensa.

El enojo de Almada, según la Fiscalía, fue a raíz de los allanamientos del 22 agosto en los que fueron detenidas personas de su círculo familiar sindicadas como partícipes de la asociación ilícita cuyos integrantes más renombrados son Mauro Gerez, Andy Benítez y Julián Aguirre. Un grupo referenciado en la banda de Los Monos y enfrentado con los clanes Riquelme, Ungaro y Funes que, sostienen los investigadores, poseen conexiones con el capo narco Esteban Alvarado, condenado a perpetua.

Ese 22 de agosto fueron detenidos el Jorge, padre de Almada; dos hermanas, una sobrina y su pareja. Almada, en tanto, cayó un día después en un departamento céntrico de Entre Ríos al 1400.

“Vamos a hacer esa, la que yo te digo, la de los panfletos va como piña, hermanito. Y no hacemos daño ni maldad a nadie. Lo tiramos en el Centro de Justicia Penal... hasta los medios van a salir a hablar, cumpa. Lo vamos a pensar y redactar bien. Los vamos a pegar con la otra banda a los fiscales. Vamos a empapelar todo. Un par de monedas a un par de pibitos que se peguen unas vueltas por ahí y a tirar. Si no, los tiro yo mismo y a la concha de su madre, pero está lleno de cámaras, no puedo quemar ningún auto, ¿me entendés? Pero panfleto, panfleto, panfleto. Se mueren. ¿No tenés una imprenta conocida que cierre el pico?”, es el mensaje que le atribuyen haber enviado a Almada, pocas horas antes de ser detenido.

El receptor de ese mensaje sería el prófugo –O. R.– que continuó con el plan una vez detenido Almada, señaló Carbone.

Santa Cruz, uno de los imputados, fue detenido el 6 de septiembre a raíz del cotejo de una huella dactiloscópica recuperada de uno de los panfletos arrojados en la sede de la AIC.

Junto con él, cayó Denis, en cuyo Whatsapp se hallaron mensajes con el contenido que posteriormente había en los volantes arrojados. La última detenida fue la joven Oriana, de solo 18 años, quien ofició de delivery de los papeles.

El juez Florentino Malaponte tuvo por formalizada la audiencia imputativa y dictó la prisión preventiva efectiva por el plazo de ley para Almada, Denis, Santa Cruz y Oriana A.