Un nuevo compuesto mostró efectos prometedores en el abordaje hacia la reducción de consumo y motivación por el alcohol. Se trata de uno de los principales resultados de un estudio preclínico realizado en ratones, donde se observaron diferencias vinculadas a la dosis según el sexo de animales: los machos necesitaron cantidades más pequeñas que las hembras para obtener eficacia en el tratamiento. El estudio proviene de la Universidad Miguel Hernández de Elche, de España, y se publicó en Biomedicine & Pharmacotherapy.
El estudio cuenta con cuatro años de trabajo de laboratorio y se realizó con el compuesto MCH11, el cual aún no está disponible para su uso en humanos aunque podría abrir nuevas vías para el abordaje personalizado del trastorno por el uso de alcohol.
El trastorno por uso de alcohol es una de las adicciones más prevalentes a nivel mundial y causa 2,6 millones de muertes anuales. “Sin embargo, las terapias actuales están mostrando serias limitaciones”, apuntaron desde la investigación, y explicaron que hasta un 70% de los pacientes reanudan el consumo de alcohol dentro del primer año de tratamiento.
Regular el placer y la motivación
Para hallar una terapia farmacológica más eficaz, se dirigió la atención al sistema endocannabinoide, una red de señalización que conecta al sistema nervioso con el resto del organismo, y participa en la regulación del placer, motivación y estrés. Todos ellos son procesos clave en la adicción al alcohol.
En las personas con trastorno por uso de alcohol, este sistema se altera, reduciendo los niveles del endocannabinoide 2-araquidonilglicerol (2-AG), implicado en muchos procesos regulatorios cerebrales como la sensación de bienestar y en el control del impulso de consumo.
El compuesto MCH11 actúa inhibiendo la enzima monoacilglicerol lipasa, cuya función normal es metabolizar el 2-AG. Al bloquear esta enzima, aumenta la cantidad de 2-AG disponible en el cerebro, lo que reduce significativamente la motivación de beber alcohol.
“Nuestros resultados demuestran que MCH11 actúa sobre los mecanismos del sistema nervioso que ayudan a controlar el impulso de consumir alcohol, pero sin producir efectos secundarios indeseados”, al menos en los ratones y a las dosis ensayadas, según explicaron. Y añadieron: “Este hallazgo es particularmente relevante, porque los comportamientos impulsivos están estrechamente relacionados con el desarrollo y mantenimiento del alcoholismo”.
Diferencias entre machos y hembras
El tratamiento en ratones con MCH11 ha demostrado ser eficaz y selectivo: presenta propiedades ansiolíticas y antidepresivas sin afectar ni a la función motora ni cognitiva. No obstante, los experimentos revelaron diferencias significativas entre sexos. “En los machos, la respuesta al tratamiento fue efectiva con dosis bajas y medias, mientras que las hembras requirieron dosis más altas para obtener efectos similares”, explicaron.
La mejoría se pudo observar tanto en el comportamiento como a escala genética: “Sabemos que ciertos genes se alteran con el trastorno por uso de alcohol, y hemos comprobado mediante análisis de PCR que esas alteraciones se corrigen con MCH11 en ratones de ambos sexos, aunque las hembras necesiten una dosis mayor”.
Además, el equipo probó un tratamiento combinado de MCH11 con topiramato, un medicamento que ya se utiliza clínicamente para tratar la adicción al alcohol: “Hemos comprobado que la combinación de ambos compuestos es la más efectiva”.
“Los resultados son muy prometedores, pero aún preliminares; queda un largo camino por recorrer entre demostrar la eficacia de un fármaco en modelos animales y poder aplicarlo en pacientes”, añadieron.
Fuente: SINC.



