El arranque de semana fue un déjà vu de los clásicos lunes calientes de la Argentina: dólar disparado, acciones en rojo, tensión externa, y un Estado que sigue achicándose al ritmo de la motosierra libertaria.
El dólar oficial saltó a $1.280, MEP quedó en $1.274, el CCL en $1.272 y el blue también se movió quedó en los $1.300 en Rosario. Todo mientras el Tesoro lograba una exitosa licitación con rollover del 295%, en un contexto donde se eliminan las LEFI pero se lanzan nuevos instrumentos para absorber pesos. El diagnóstico oficial: la presión cambiaria es transitoria y el plan sigue firme con tasas reales positivas.
Pero el mercado no sólo mira las cifras: mira el clima político. El Gobierno dejó expirar el DNU 70/2023, y eso reconfigura el escenario regulatorio. Vuelve el Congreso al centro de la escena legislativa y se anticipan nuevas batallas por la reforma laboral, fiscal y previsional.
En paralelo, la motosierra de Federico Sturzenegger no se toma respiro: disolvió Vialidad Nacional, cerró el Inase (Instituto Nacional de Semillas), y ya avanzó con Inta e Inti. El mensaje es claro: menos Estado y más mercado, aunque el riesgo es quedarse sin herramientas estratégicas en sectores clave como la infraestructura y la innovación tecnológica.
La incertidumbre también llega desde afuera: Donald Trump reaparece en escena con amenazas de nuevos aranceles comerciales, lo que afecta directamente la percepción sobre países emergentes como Argentina. La caída de las acciones argentinas en Wall Street es un reflejo de eso.
Y, hablando de impuestos, Mercado Libre anunció que cerrará sus oficinas de la ciudad de Córdoba a raíz de las altas tasas municipales que, sostuvieron, equivalen “al costo de casi 24 alquileres mensuales” de sus instalaciones actuales. Mediante un comunicado oficial, la tecnológica nacional indicó que sus empleados de la capital cordobesa pasarán a adoptar una modalidad de trabajo totalmente remota.
A modo de comparación, la compañía explicó que no paga tasas municipales por las dos oficinas que tiene en Ciudad de Buenos Aires. En Santa Fe, la firma cuenta con centros de desarrollo de software en la ciudad capital, en donde –según precisaron– paga tasas que equivalen a un tercio de lo que se paga en Córdoba; y en Rafaela, en donde pagan aproximadamente un 10% del total que les cobra el municipio cordobés.
Sin embargo, entre tanta tensión, la inversión privada sigue haciendo su juego. En Rosario, una fábrica del rubro automotor y energético amplió su planta en Fisherton.
Y otro hecho que llegó a una definición: el Kentucky Club de Campo, el barrio privado más exclusivo de la región, cerró finalmente la compulsa interna para la nueva concesión de su Clubhouse, bar y restaurante, tras el incendio que destruyó su antigua casona.
¿La ganadora? La propuesta de los históricos Felipe Martín y Martín De Gregorio, responsables del restaurante del Golf del Jockey Club de Rosario. El proyecto incluye varias iniciativas como cenas gourmet, cocina saludable, catas de vinos y eventos corporativos en el nuevo salón de usos múltiples. La jefa de cocina será Alejandra Beade, formada en el IAG y con experiencia en el Alvear Palace Hotel.
En un país donde el dólar siempre acecha, los decretos arden, y la política se reinventa cada semana, hasta un restaurante en un country puede marcar el pulso de la confianza: ¿espejismo gourmet o señal de reactivación desde abajo?

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