El índice de precios del comercio mundial de productos lácteos (Global Dairy Trade) alcanzó su punto más alto desde marzo de 2014 en el evento registrado esta semana, llegando US$ 4.630/tn. Si bien, todos los commodities terminaron con subas durante la subasta, la gran impulsora fue la leche en polvo entera que se destacó con un aumento de precio del 5,8%. Cabe destacar que los valores de la leche descremada en polvo y la manteca también experimentaron fuertes aumentos con respecto a la subasta anterior, alcanzando máximos de cinco años.

Los expertos sostienen que estos precios parecen estar respaldados tanto por el lado de la oferta como por el de la demanda.

Por el lado de la oferta, “la menor producción de leche en regiones exportadoras clave ha significado una menor producción de productos lácteos”, indicaron desde el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA). Aunque la plataforma de subastas es global, debe señalarse que Oceanía es el mayor proveedor de productos y los volúmenes de productos disponibles en la plataforma tienden a alcanzar su punto máximo alrededor de octubre/noviembre, en línea con el flujo del hemisferio sur. Sin embargo, este año, “la disponibilidad del sur fue decepcionante y puede observarse que se han ofrecido volúmenes más bajos en los últimos seis meses en comparación con los mismos períodos en años anteriores, lo que aumenta la competencia por los suministros”.

Con relación a la demanda, la firmeza global habrá reducido aún más los inventarios. Los mayores volúmenes vendidos en la plataforma del GTD son de Leche en Polvo Entera y Leche en Polvo Descremada. Y aquí China juega fuerte, teniendo en cuenta que es un comprador clave porque “viene importando cantidades récord de leche en polvo en los últimos dos años y la elevada demanda ha estado respaldando los precios”. Si bien los especialistas reconocieron que esa situación disminuyó un poco hacia el final del año, también coincidieron en que las cifras anuales se mantuvieron sólidas.

Demanda y mercado, ¿qué puede ocurrir?

Los altos volúmenes de compra del gigante asiático también pueden significar que han acumulado existencias para asegurarse de tener suficientes inventarios para satisfacer la creciente demanda y, posiblemente, también debido a las preocupaciones sobre los retrasos en los envíos. Al respecto, desde el OCLA analizaron que, en algún momento, las tiendas estarán llenas y por lo tanto “no se puede confiar en que la demanda aumente indefinidamente”.

En ese sentido, los expertos admitieron que “el panorama no está claro”. Según Rabobank, la entidad financiera holandesa con gran prestigio a nivel global, “los fundamentos del mercado más débiles dentro de China y los sentimientos más positivos fuera de China están dejando a los operadores inseguros sobre la dirección que puede tomar el mercado”.

De todas maneras, como las perspectivas para el suministro mundial en 2022 parecen ajustadas y se espera que la demanda mundial de los consumidores mejore a medida que la pandemia vaya quedando atrás pandemia, “todavía parece haber cierto apoyo para los mercados” y esto, según los analistas, podría contrarrestar en parte cualquier presión a la baja de una posible caída en importaciones de China.