La Cámara de Representantes de Estados Unidos ha dado un contundente paso hacia la posible prohibición de TikTok en el país si la plataforma no corta sus lazos con su empresa madre en China. Esta medida, respaldada por la Casa Blanca, abre un nuevo capítulo en las relaciones entre las dos potencias globales, destacando la creciente desconfianza hacia Pekín por parte de Washington.

El proyecto de ley y el ultimatum a Bytedance

El miércoles pasado, la Cámara de Representantes aprobó un proyecto de ley que otorga a ByteDance, la empresa matriz de TikTok, un plazo de seis meses para vender la plataforma a una empresa estadounidense. En caso de no cumplir con esta condición, la aplicación podría ser excluida de las tiendas de aplicaciones de Apple y Google en Estados Unidos. La votación fue abrumadora, con 352 votos a favor y 65 en contra, formando una inusual coalición bipartidista.

Este proyecto, ahora en manos del Senado, cuenta con el respaldo de la Casa Blanca, marcando un hito en la batalla entre Washington y la red social de rápido crecimiento.

TikTok: Amenaza o "chivo expiatorio"

TikTok, con alrededor de 170 millones de usuarios en Estados Unidos, ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años, especialmente entre la población joven. Sin embargo, se ha convertido en blanco de críticas por parte de legisladores que la consideran una amenaza a la seguridad nacional, sugiriendo que podría ser un instrumento de espionaje chino.

Incluso la campaña del presidente Joe Biden buscó aprovechar la popularidad de la plataforma abriendo una cuenta en TikTok. La creciente ofensiva política contra la red social refleja las preocupaciones y la desconfianza en torno al avance de China, tanto en el mundo real como en el virtual.

La principal justificación de Estados Unidos para amenazar con la prohibición de TikTok radica en la preservación de la privacidad y seguridad de sus ciudadanos. Aunque no existen pruebas de que la aplicación represente una amenaza a la seguridad nacional, varios senadores sostienen que TikTok podría ser utilizada como una herramienta de espionaje. La preocupación se centra en la posibilidad de que el Gobierno chino obtenga datos personales de ciudadanos estadounidenses a través de la aplicación.

Michael Beckerman, vicepresidente de políticas públicas de TikTok, expresó sus preocupaciones constitucionales en una carta dirigida a los copatrocinadores del proyecto de ley. Aunque la legislación fue aprobada sin una audiencia pública, sus defensores, como el congresista republicano Mike Gallagher y el demócrata Raja Krishnamoorthi, junto con la Casa Blanca, argumentan que no busca prohibir TikTok, sino separarla de ByteDance.

China respondió advirtiendo que esta medida "inevitablemente se volvería en contra de Estados Unidos". Wang Wenbin, portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores chino, denunció la acción como un "comportamiento de intimidación", a pesar de que Estados Unidos no ha presentado pruebas de que TikTok amenace su seguridad nacional.

TikTok: más allá de la polémica

A pesar de las controversias y las amenazas de prohibición, TikTok continúa siendo la startup más valiosa del mundo, destacando su valor de USD 75.000 millones. Con más de 2.000 millones de descargas en todo el mundo, la aplicación se destaca por sus funciones de edición de video, reenvío, duetos y comentarios, satisfaciendo las necesidades psicológicas de sus usuarios, según una investigación de la Universidad de Shenzhen.

La empresa china ByteDance, propietaria de TikTok, ha enfrentado críticas y temores sobre la posible colaboración con el Gobierno de Xi Jinping. A pesar de la aseguración de TikTok de que los datos se guardan en servidores fuera de China, la desconfianza persiste, especialmente en un contexto geopolítico donde la ciberseguridad y la privacidad se han vuelto prioridades.

La batalla entre Estados Unidos y TikTok es un reflejo de las complejidades entre las potencias globales y la creciente intersección entre tecnología, política y seguridad. La decisión final sobre el destino de TikTok ahora reposa en el Senado, pero la incertidumbre y la desconfianza han dejado una marca en la relación entre la innovación digital y la seguridad nacional.