El próximo 29 de diciembre el Senado volverá a ser el escenario de un encendido debate: los legisladores deberán discutir el proyecto que legaliza y despenaliza el aborto en Argentina tras la media sanción obtenida días atrás en Diputados. Hace dos años atrás, en medio de una noche helada y destemplada, la Cámara alta nacional rechazó la propuesta con 38 votos –hubo 31 a favor y dos abstenciones– por lo cual crece la expectativa sobre cómo será esta vez el destino de la iniciativa impulsada por el propio presidente Alberto Fernández. A contrareloj se cuentan y repasan los votos positivos al tiempo que, a pesar de que reina un extensivo entusiasmo entre quienes están a favor, se llevan adelante gestiones oficiales para disuadir a los indecisos.

Una de las manos en alto en aquella madrugada del 8A fue la de la senadora santafesina María de los Ángeles Sacnun. Por entonces fue la única que sostuvo la interrupción voluntaria del aborto desde la provincia: Carlos Alberto Reutemann votó en contra y el ahora gobernador Omar Perotti se abstuvo y presentó una propuesta propia de despenalización –hay que señalar que su reemplazante Roberto Mirabella ya adelantó su postura a favor de la iniciativa–. En conversación con Rosario3, la legisladora firmatense, quien condujo el debate en la comisión de Asuntos Constitucionales del Senado, analizó el nuevo contexto, pidió prudencia para no avasallar la soberanía popular que representa cada una las voces legislativas y adelantó las consecuencias que traería aparejada la sanción definitiva.

“Creo que la situación es más favorable que en 2018, creo que se ha llevado adelante más allá de las rispideces lógicas, un debate respetuoso, los expositores han hecho más hincapié en los argumentos que cada sector tiene, que en la descalificación al resto. Esto es un avance de por sí en una sociedad que debe ser más democrática y pluralista”, destacó sobre el debate en comisiones. “Es una avance también que se debate la interrupción voluntaria del embarazo de cara a la sociedad porque la sociedad lo está debatiendo al interior de las familias, se logró sacar del closet al aborto y es muy sano, para la democracia y también individualmente”, expresó.

“Creemos que hay que avanzar y poner en eje la revictimización de miles de niñas a las que se le ha negado una interrupción que es legal desde 1921, en casi 100 años en muchos casos la Justicia pese a que la Corte Suprema de Justicia se ha expresado, ha mirado para el otro lado. El Estado no puede permitir que esto se siga produciendo”, manifestó a favor del proyecto en consonancia con su discurso de 2018 en el que sostuvo contundente: “La muerte por aborto clandestino es un femicidio por omisión del Estado”.

Consultada sobre cómo ve el resultado final del tratamiento, indicó: “Tengo mucha prudencia, tenemos que serlo para que no haya ninguna conducta que coarte la libertad plena que tenemos que tener los legisladores a la hora de votar. Hay muchos que asumen indecisión para evitar presiones pero yo creo que la gran mayoría ya tenemos una posición tomada”, dijo e insistió: “Tengamos prudencia para garantizar que cada uno pueda ser libre para expresar la sobernía popular que representa. Queremos que salga la ley pero muchos no se han pronunciado todavía”.

La sociedad está más madura, ya no es un debate que genera prejuicio más allá de las posturas que son respetables, la sociedad no admite más que se tapen las discusiones y esta discusión le hace muy bien a la sociedad. Los legisladores tenemos que hacernos cargo sin posiciones personales ni religiosas sino pensando que el Estado necesita políticas públicas”, consideró y agregó en ese sentido: “Hoy, el Estado no las tiene, carece de esa herramienta para acompañar a las mujeres y el aborto sigue siendo clandestino”.

Para Sacnun, si Argentina cuenta finalmente con una ley que legaliza el aborto, “lo primero que va a pasar es que van a dejar de morir mujeres víctimas de los abortos clandestinos” y remarcó: “Este proyecto no promueve el aborto, hay que aceptar que el aborto existió, existe y existirá siempre, es un dato de la realidad y frente a eso es necesario tener políticas públicas claras”.

Otro de los cambios que podría instaurar la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo, según la senadora, es la posibilidad de abrir la discusión sobre la educación sexual. “Se pueden prevenir embarazos no deseados de mujeres y niñas abusadas que podrán ser asistidas y así impedir que este delito aberrante se siga repitiendo”, observó y concluyó: “La ley va a permitir que una niña y una mujer embarazadas sean protegidas por el Estado en su salud y en su vida si decide abortar y si decide maternar también, para que las condiciones sociales y económicas no sean restricciones”.