Las inversiones que más ruido hicieron en Santa Fe durante el primer semestre

Fabricantes de maquinaria agrícola, metalúrgicas y biotecnológicas pusieron en marcha importantes planes para crecer, modernizar equipamiento y explorar nuevos nichos

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No quedan dudas que la economía santafesina dejó atrás su etapa más crítica y empezó a recuperar parte de lo perdido en 2020. El Índice Sintético de la Actividad Económica provincial registró un aumento  interanual de 11,4% en marzo (último dato disponible), en tanto, presentó una variación acumulada de 5,2% en el primer trimestre. Más concretamente, la industria manufacturera mostró ese mes una evolución interanual del 42,3%, y una acumulada del 21,7%, según el Ipec. Y una vez que estén disponibles los nuevos últimos relevamientos, mostrarán que la tendencia sigue en alza.

El dato más importante es el despegue ya no sólo en la comparación interanual (contra meses de cuarentena estricta), sino la variación acumulada. Y esto se está traduciendo en inversiones. Al cierre del primer semestre, las empresas de maquinaria agrícola, las metalúrgicas, siderúrgicas y metalmecánicas fueron las que mayor aporte económico realizaron para avanzar con planes de expansión en Santa Fe.

En un segundo lote se encuentran las biotecnológicas, que si bien todavía no sobresalen como rubro específico en la torta de la actividad económica provincial, conforman un sector en pleno auge, de enorme crecimiento interanual, altamente exportador y con un futuro muy prometedor. Una prueba de ello es que las apuestas son cada vez más ambiciosas, tanto en montos como en proyectos, y pocos dudan de que lo serán todavía más en los años venideros.

Tanto en el sector de los fierros, como en el vinculado a la economía del conocimiento, se destaca que las inversiones son financiadas fundamentalmente con recursos propios, a partir del repunte de las ventas, sobre todo al exterior. Pero además no es menor la asistencia vía Aportes No Reintegrables (ANR) y créditos a tasa subsidiada y con amplio tiempo de gracia acercado por Nación.

Maquinaria agrícola

Apuntaladas por la gran cosecha y la fuerte suba de los precios de commodities, las fábricas de maquinaria agrícola se encontraron con que en los primeros meses de 2021 ya tenían buena parte de su producción anual vendida. Es por eso que pusieron en marcha fuertes planes de crecimiento, fundamentalmente de espacio, adquiriendo o ampliando sus fábricas. Pero también apostaron en grande por incorporar y modernizar sus equipos, readecuar la organización, y en algunos casos diversificarse.

Ejemplo del primer caso es Búfalo, que desembolsó u$s3 millones para ampliar su planta; Cele, que creció en el parque industrial de Armstrong; Agro Fénix, que con $20 millones sumó 3.800 metros cuadrados; Achilli Di Battista, que amplió oficinas y sala de repuestos (además de sumar centro de mecanizado y soldadores robóticos); Micelli puso u$s600 mil para cerrar el galpón. En cuanto a Metalúrgica Pampero, decidió que era tiempo mudarse a un lote más grande que habían comprado en el Parque Industrial de Armstrong, mientras que Senor amplió su depósito y mejoró el layout.

Por su parte, Apache destinó u$s2,5 millones para incorporar un robot doble de soldadura, un centro de mecanizado y un torno de control numérico, además de avanzar con una transformación organizacional asesorada por expertos que trabajaron con Toyota. Ombú se diversificó y arrimó u$s5 millones para la construcción de una nueva planta para fabricar máquinas de recolección de residuos, además de desarrollar nuevas líneas de granallado, pintura, remolques, semirremolques, repuestos y postventa. Otra iniciativa original fue la de Moro Hidráulica, proveedoras de cilindros y equipos hidráulicos para la maquinaria agrícola. Equipó su planta con tecnología 4.0 para eficientizar y aumentar la producción un 20%. Con 25% más de demanda, Sembradoras Giorgi compró nueva maquinaria para subir producción.

Los fierros

De la mano de la maquinaria agrícola, pero también del sector ferroviario, de Vaca Muerta y del sector minero y petroquímico, fundidoras, metalúrgicas y siderúrgicas dejaron atrás la crisis y batieron récord de inversiones en este primer semestre.

Si bien en todos los casos se buscó ampliar capacidad productiva y de almacenamiento, en este sector fue más palpable la modernización, en buena parte por el mayor o menor atraso en el que habían caído muchas metalúrgicas, sobre todo si se las compara con dos nichos altamente tecnificado y que siempre suelen tener lo último de lo último como la maquinaria agrícola y las biotech.

El holding Acerías 4C y Acerías Sauce Viejo destinó $80 millones en ingeniería de productos, control de calidad y mejora proceso productivo, que entre otras cosas le permitirá adaptarse a las normas exigidas por YPF a sus proveedoras, además de incrementar en casi un 30% la capacidad productiva.

Siguiendo esta línea, Fundición API invirtió $85 millones para incorporar un nuevo sistema de moldeo que le permitirá incrementar y mejorar su producción; Mac Metal, puso $36 millones para automatizar su producción destinada al sector ferroviario; Arsemet apostó con $114 millones a la modernización tecnológica del proceso de corte para la producción de bienes para el acopio y transferencia de agua en los pozos petroleros; Sica usó $263 millones para producir más recipientes a presión destinados al almacenamiento de petróleo y gas; Vulcano gastó $166 millones para sumar un sistema de granallado capaz de subir y mejorar la producción de equipos especiales destinados a la energía eólica y petróleo; Rizzotto y Pieragostini destinó $26,2 millones a la modernización tecnológica de la línea de producción de poleas para el mercado del petróleo y gas.

Biotecnológicas

De importancia creciente por la constante aparición de nuevos jugadores y la veloz expansión de los existentes. Algunas de ellas son tan nuevas que ni siquiera tenían sede propia o la misma les había quedado chica para el volumen de trabajo que empezaron a tener. Por eso muchas de las inversiones se concentraron en construir las plantas, como el caso de Keclon, que con una inyección de u$s7 millones la levanta en San Lorenzo para potenciar su proceso de desarrollo de enzimas con las cuales reducir desechos, e incrementar la eficiencia en los biocombustibles.

Otras se agrandaron, como es el caso de Lipomize, que amplió su sede en el Parque Tecnológico Litoral Centro, donde trabaja para las industrias farmacéutica, nutracéutica y cosmética, tanto de Argentina como de India, China y ahora Egipto.

En el caso de Terragene, ultima detalles para mejorar la planta en la que produce biomoléculas inteligentes, que permitirán proteger los cultivos tanto intensivos como extensivos, logrando disminuir la necesidad del uso de fertilizantes, protectores y fungicidas químicos, pero también avanzó en la apertura de nuevas oficinas en México e India.

Michroma, nacida en 2019 en Rosario y dedicada a reemplazar colorantes y saborizantes artificiales de alimentos y bebidas por otros de origen natural, aprovechó la inyección de capital para mudarse a San Francisco, Estados Unidos. En tanto que Zelltek sextuplicará su capacidad operativa en el parque tecnológico de la UNL.

Pero también usaron buena parte de sus recursos para desarrollar nuevos procesos, incursionar en nuevos rubros y retroalimentar el círculo virtuoso de la economía del conocimiento. Así, Terragene incursionó Protergium, un desarrollo que activa mecanismos naturales de las planta para hacer frente a enfermedades y plagas, y en el desarrollo de la incubadora-aceleradora UOVO, una usina de innovación de base científico tecnológica que tendrá por objetivo establecer puentes entre emprendedores y oportunidades de inversión. Entre ambos proyectos invirtió u$s21,5 millones.

Bioheuris, dedicada al desarrollo de tecnologías para el control de malezas y su introducción en cultivos, y que años atrás había abierto laboratorio en Estados Unidos, se asoció con Gensus, semillero del norte argentino que produce y comercializa semilla fiscalizada de algodón, para desarrollar en este cultivo variedades resistentes a herbicidas. También se alió al Grupo Don Mario (GDM), la empresa argentina que se dedica al mejoramiento genético de semillas, para modificar con precisión los genes de la soja y así obtener variedades de élite con un novedoso sistema de manejo de cultivos.

Otras empresas con inversiones destacadas

En el mapa de inversiones en Santa Fe también figuran empresas de otros rubros, como Hormigones Ricci, que lleva adelante un plan de u$s2,5 millones para adquirir bienes de capital e incrementar su producción de hormigón, muy demandado por el boom de la construcción. Vipal Cauchos, se encuentra invirtiendo u$s10 millones para trasladar una línea de reparación de neumáticos y cámaras de aire, y otra de producción de goma industrial. Esto permitirá crear 270 puestos de trabajo y sustituir más de u$s3 millones con un circuito de ventas y abastecimiento.

Otra brasileña, Marcopolo, tiene un plan también de u$s10 millones para aumentar la integración local en sus productos terminados en Santa Fe, pasando del 60% al 90% el próximo semestre, y bajar de 40% a 10% el uso de insumos importados, además de duplicar el personal.

Por otro lado, la empresa Agrofim, dedicada a la exportación de alimentos, se radicará en General Lagos con una inversión de más de u$s3 millones, en tanto que Basf, ya radicada en esa ciudad, anunció una inversión de 1,8 millón de euros con el objetivo de mejorar las condiciones medioambientales, mejorar y ampliar las distintas etapas de producción, algo que también mejorará y creará nuevos puestos de trabajo.

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