Se suman más agravantes a la causa que tiene a científico rosarino y su empresa en la mira

Según consta en las denuncias presentadas, Kyojín SA nunca firmó con la Universidad Nacional de Rosario la transferencia de know how que la habilitaría a comercializar legalmente el probiótico Kyojín

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El caso que tiene en la mira al bioquímico de la UNR y doctor del Conicet, Roberto Grau, y a su empresa Kyojín S.A., suma un nuevo capítulo. Esto, luego de que en el día de ayer, Ecos365 informara que varias personas implicadas en la conformación de la sociedad denunciaron penalmente al científico, a su mujer Elida Padován y otros implicados por estafa y administración fraudulenta.

La noticia generó un gran revuelo en el ámbito de la ciencia dentro del cual Grau se desempeña desde hace décadas y donde comandó las investigaciones para dar con los efectos positivos de la bacteria basillus subtilis, el principal componente del probiótico Kyojín que la empresa se encarga de comercializar desde hace dos años en formato de alimento bebible diluible.

Sin embargo, tal como pudo averiguar Ecos365, no es la primera vez que Grau se vería envuelto en una polémica. Tal como le confiaron al medio fuentes que pidieron mantenerse en reserva, un conflicto que protagonizó años atrás lo llevó a ser desvinculado del Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR) del cual formaba parte.

A su vez, en las denuncias radicadas en la Fiscalía Regional Segunda Circunscripción de la ciudad de Rosario por cinco actuales socios de la empresa, de iniciales: F.Z, M.D, M.T, B.B y A.W, se argumenta que Kyojín S.A. debía firmar con la Universidad Nacional de Rosario (UNR), un documento en razón de la transferencia de “know how” para el uso de la bacteria Probiótica de Bacillus Subtilis Cepa DG101, que contiene el probiótico Kyojín.

Pero los socios sostienen que el documento nunca fue firmado y que durante todo este tiempo, el producto se comercializó en dietéticas y farmacias violando lo estipulado en los convenios de transferencia de Know How. En estos se fijan los conocimientos técnicos y administrativos imprescindibles para llevar a cabo un proceso comercial, es decir que sin el mismo la empresa no estaría autorizada a comercializarlo legalmente.

“El probiótico contiene una bacteria, los estudios de esa bacteria se desarrollaron en el Laboratorio de Microbiología de la Facultad de Ciencias Bioquímicas de la UNR, es decir que el dueño de la patente es la Universidad. Para que el producto pudiera salir a venderse en el mercado, Roberto se tendría que haber firmado un convenio con la Universidad en donde esta le diera autorización para los fines comerciales”, indicó a Ecos365 uno de los denunciantes.

A su vez, elevaron una nota al decano de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la UNR, Andrés Sciara, para dar cuenta de esta situación e informar sobre las denuncias penales contra Roberto Grau, Elida Padován y los socios Omar Cruciani (quien figura como presidente de Kiojín S.A), Juan Alberto Guarrochena (quien figura como director suplente) y el contador Ernesto Ribone.

“Estimamos que las autoridades de la UNR desconocen de la situación y por ello esta nota”, señalan en el comunicado y agregan que les fue informada “la utilización del laboratorio de la Universidad para los negocios ya mencionados y otros”, lo que según aclaran, está prohibido por la institución.

“Le notificamos que hemos entregado esta misma nota al rector de la UNR. De igual modo, será replicada y enviada al Coneau, al Conicet y a los diversos Ministerios”, concluye la nota. Los denunciantes también acudieron a la Inspección General de Personas Jurídicas (IGPJ) y el Ministerio de Trabajo para proseguir el curso legal de la causa.

En este punto, se abren interrogantes sobre las acciones que tomarán las autoridades del Conicet y de la de la UNR para con Grau, frente a estas denuncias. Por lo pronto, las demandas presentadas motorizaron una investigación que en estos momentos está siendo llevada adelante por la fiscal Juliana González.

Problemas con ASSAL

En las denuncias presentadas también figura que la empresa habría incumplido con otras faltas graves a la hora de comercializar el probiótico. Entre ellas, los socios señalan que la Agencia de Seguridad Alimentaria de Santa Fe (ASSAL) impidió en una oportunidad la comercialización de Kyojín y que, pese a la prohibición, este se siguió vendiendo.

Los socios a su vez elevaron una nota a ASSAL donde informaron estar al tanto de que autoridades del organismo visitaron la sede comercial de Kyojín SA, ubicada en calle Castellanos 1335 de Rosario, provincia de Santa Fe, donde hicieron efectiva la prohibición de comercializar el producto. Según confió uno de los denunciantes a Ecos365, fue “por un problema en la etiqueta”. 

Incluso sostienen que en ese entonces, no fueron notificados al respecto. De acuerdo a lo expuesto, esto se debió a que Cruciani, en calidad de presidente, nunca convocaba a las asambleas correspondientes con el fin de mantener ocultas las acciones que se venían realizando y cuestiones de relevancia referidas a la empresa.

En el escrito también dejan asentada su preocupación frente al hecho de que el probiótico se siga comercializando, a pesar de las irregularidades en el manejo del negocio y las violaciones a las normativas vigentes que, según señalan, fueron cometidas en reiteradas oportunidades

Otras polémicas

En mayo del año pasado, a poco de desatarse la ola de coronavirus en el país, Claudio María Domínguez se vio envuelto en un escándalo por promocionar el probiótico Kyojín como supuesto inactivador del “HIV y el coronavirus”. Fue la periodista Andrea Tabaoda quien apuntó contra el conductor en el programa Los Ángeles de la Mañana, al plantear que su venta no estaba autorizada bajo esos beneficios.

"Lo promociona y dice 'tienen que hablar con fulano de tal'. Está aprobado por el Anmat. Lo venden como un probiótico, pero con la llegada del coronavirus dicen: 'el kyojin produce antivirales naturales que no generan resistencia, con alta producción de sulfucatinas, eficientes para inactivar virus con envolturas como los del resfrío, gripe, HIV SIDA y coronavirus'", contó la periodista.

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