La causa por el triple crimen de los integrantes de una familia que fueron acribillados por error en mayo de 2022, en barrio Tablada, quedó impune, al menos al día de hoy. Este lunes, el Tribunal Oral Federal 1 de Rosario absolvió al único acusado que llegó al banquillo como partícipe de esa masacre, que fue un resultado colateral de una feroz disputa de bandas narcocriminales en el sur rosarino.

Los jueces Germán Sutter Schneider, Ricardo Vázquez y Otmar Paulucci absolvieron por el beneficio de la duda a Yael Jesús César, quien permanecía detenido desde agosto de 2022 y había llegado a juicio como coautor de los crímenes para luego, en los alegatos de clausura, pasar a ser considerado partícipe secundario. La Fiscalía, a cargo de Federico Reynares Solari, había pedido ocho años de prisión.

También fueron absueltos –la Fiscalía desistió de acusarlos– Ezequiel “Sierrita” Viamonte y Tamara Méndez, la pareja que era el blanco original de los disparos y había llegado a juicio por falso testimonio, ya que, según la investigación, al declarar como testigos ocultaron datos sobre la mecánica y el móvil del ataque.

La investigación de los crímenes de Rodrigo Tomás Morera (27), Ainará “Tahia” Altamirano (25) y Auriazul Morera (6), uno de los hechos más atroces del hiperviolento 2022, llegó a la Justicia Federal por solicitud de la defensa de César, a cargo de los penalistas Leonel Iesari y Juan Manuel Cayón.

Los defensores se valieron de los argumentos que había esgrimido la fiscal del fuero provincial Marisol Fabbro para solicitar la prisión preventiva del imputado: la peligrosidad procesal y la posibilidad de entorpecimiento probatorio en una causa ligada a la narcocriminalidad y a la venta de drogas, cuyas evidencias estaban sostenidas por testigos de identidad reservada. La resolución de ese cambio de fuero estuvo a cargo del camarista Guillermo Llaudet Maza.

Vale aclarar que la causa pasó al fuero federal prácticamente cerrada, ya que la fiscal Fabbro había elevado la acusación para ser llevada a juicio, y su par federal, Adriana Saccone, no pidió nuevas medidas.

El juicio, que no tuvo publicidad alguna, comenzó el 18 de agosto. En la Justicia Federal, donde los estándares probatorios son más altos, pronto quedó claro que los elementos de prueba contra Yael César eran escasos: apenas el testimonio de un testigo de identidad reservada que lo señalaba como el conductor del auto en el que se movilizaban los sicarios que, en la noche del 6 de mayo, dispararon contra la familia en el pasillo de Garibaldi 57, donde vive la abuela de Ainará, a quien iban a visitar.

Para colmo, ese testimonio endeble no había sido reforzado ni ratificado en un anticipo jurisdiccional de prueba, una de las herramientas procesales para asegurar de antemano una evidencia antes del juicio, en caso de que el testigo corriera peligro.

Además, otro testigo reservado contradijo lo dicho originalmente en la instrucción, por lo que el señalamiento contra César perdió credibilidad. 

César, hijo de Rosa Caminos –condenada por tráfico de estupefacientes en 2019– y sobrino del fallecido barrabrava Roberto “Pimpi” Caminos, llegó a tener un pedido de pena inicial de 35 años de prisión, pero en los alegatos de clausura, atento a la prueba endeble, el fiscal Reynares Solari optó por solicitar ocho años como partícipe secundario de los crímenes y desistió de acusarlo por portación de arma.

El ataque tuvo lugar la noche del 6 de mayo de 2022, en Garibaldi, entre Esmeralda y Chacabuco, cuando la familia llegaba a la casa de la madre de Altamirano, lugar en el que se había criado.

Cerca de las 23 desde un Chevrolet Corsa gris con cuatro ocupantes, dispararon al menos 15 veces creyendo que apuntaban a “Sierrita” Viamonte y a Tamara Méndez, a quienes perseguían desde el Fonavi de Lola Mora e Hipócrates. La pareja se ocultó, momentos antes, en un pasillo lindero al que ingresaba la familia masacrada. Los sobrevivientes cayeron presos al mes siguiente, acusado de falso testimonio por haber brindado datos falsos sobre la mecánica y el móvil del ataque.

Según la teoría de la fiscal, la persecución que tuvo como desenlace fatal el homicidio de tres personas ajenas al ambiente delictivo se originó por una pelea territorial entre bandas.

Por un lado, el testigo reservado señaló al ahora absuelto Yael César, primo de Matías “Pino” César, quien integraba uno de los altos eslabones de la banda de Los Monos desde prisión, antes de su conversión al evangelismo. Y por otro, Méndez, hermana de Carlos Jesús “Pelo Duro” Fernández, este último vinculado a René “El Brujo” Ungaro, histórico antagonista de Los Monos.

La causa no está cerrada, pero el fallo, acaso lógico por la instrucción deficiente, fue un duro golpe para los familiares de Rodrigo, Ainará y Auriazul. El TOF 1 ahora puso a disposición del Ministerio Público Fiscal “todas las actuaciones a los fines de la continuación y profundización de la investigación de los hechos ventilados en este juicio tendiente a la determinación de sus responsables”.